Otra forma de vivir

Hace poco que empecé a valorar la libertad en su justa medida. A disfrutar de pequeñas cosas que tiempo atrás me habrían parecido casi absurdas y desde entonces, siento que mi vida ha tomado otra dirección, la mía y día tras día hallo sorpresas que me hacen sonreir de la misma manera que los niños que me cruzo por la calle.

Me gustaría que este blog sirviera para compartir la alegría de vivir y contagiar esta extraña enfermedad que me aqueja al mayor número de personas posible. Iré colgando reflexiones sobre las historias más curiosas que me vaya encontrando, maneras diferentes de afrontar problemas comunes, cuentos ambientados en mundos que todavía no se han descubierto, truquitos para que la men sana se encuentre en un cuerpo igual de sano, frases de esas que funcionan a modo de pepito grillo y nos ayudan en determinados momentos, poesías y libros que me gustan, un poco de todo.

Quisiera no poner barreras a mis sueños,
quisiera ser un artista del vivir.

sábado, 29 de septiembre de 2007

Declaración de intenciones

Hasta que no te quedas un momento contigo la inspiración no acude en cualquiera de sus formas.

Esta vez ha sido Fito y su "casa por el tejado" y Macaco con "las manos levantás" y "pa la tierra".

Y es que si algo he aprendido es que hay cosas que es mejor no aprender, que el pasado no existe y el futuro dicen que pende de un hilo. Con los ojos bien abiertos por el mundo, tranquilito y dejándome llevar...y puede ser que la respuesta sea no preguntarse porqué.

Pereza y su "alegría más tonta" y es que que vivan los idiotas, lo absurdo y que se maten ahí fuera.

Tengo la sensación de que llevo toda la vida haciendo el tonto, pensando en los demás, yendo con prisas de un lado para otro sin llegar a ninguna parte, dejándome atrás y aunque sean solo unas palabras, es el principio. Digo que se acabó.

No pienso ir detrás de nadie, quien quiera algo, que se lo curre.

De ahora en adelante venderé cara mi piel.

La lucha ha comenzado.

idea51 ó el fabricante de tornillos

Cada mañana tenía que fabricar 500 tornillos.

Al mediodía mostraba 350 y guardaba otros 200 que ya tenía hechos en un rincón.

Volvía por la tarde para llegar a esos 500 pero como ya estaban hechos no hacía nada y cobraba gustoso esas horas.

Al final de la jornada entregaba 500 tornillos, ni uno más, porque si no comenzarían a exigirle 501 cada día y ni uno menos, para que no pudieran quejarse de él.

La siguiente mañana la afronataba con 50 tornillos en su rincón y volvía a hacer lo mismo que el día anterior.

Al finalizar el año había hecho cientos de miles de tornillos, sin para ello tener que sentirse agobiado, trabajando contra reloj.

Cuando las reglas que hay no nos convencen quizá sea el momento de crear las propias.

jueves, 27 de septiembre de 2007

idea50:disfrutar de la soledad

Uno se acostumbra a todo. Los primeros días en una ciudad a callejear en soledad, a pasarse horas sin abrir la boca, a entretenerse con uno mismo. Después, si todo va bien, suele llegar el cambio, el salir a diario, la compañía constante.

Somos capaces de adaptarnos a dichos cambios en un puñado de horas, a lo sumo de jornadas y el peligro radica en "entrar en la dinámica". Porque llegas a casa al anochecer, tras muchos días de febril vida social y casi es como si no tuvieras un plan para ti que no incluyera a alguien más.

Aprovechar esos momentos de soledad, aprender a disfrutar de uno mismo, a no depender de los demás en todo momento, puede convertir la espera a que suene el teléfono en un instante de incalculable gozo.

Ayer llegué tarde para todo, para el plan de ir a correr a las 8, para el de salir a las 10. Elegí unas canciones, unos ejercicios y empecé a entrenar, suave al principio, más fuerte después. Al poco ya no me acordaba de nadie ni de las 14 horas que había estado en el laboratorio.

Cené y apenas pude leer el libro que tanto me está enganchando porque caí en un sueño reparador.

lunes, 24 de septiembre de 2007

idea49; el poder de la cerveza sin alcohol

Con 17-18 años (la edad de mis nuevos vecinos...qué viejo soy), traté de empezar a salir sin beber alcohol, un tanto enfadado por la manera en la que el hábito de beber había hecho presa de mí.

Recuerdo como me tiraron la coca cola unos amigos, el aburrrimiento, la vergüenza ajena y como más tarde acabé por pedirme una copa. Fue una derrota silenciosa, pero de las que no se olvidan.

De eso han pasado 7 años y por el camino toda clase de fiestas. De pronto, hace un tiempo, salí y no bebí alcohol. El ambiente me caldeó y no lo eché en falta. Al siguiente sábado ocurrió lo mismo y así sucesivamente.

Fui más yo, conocí a gente que tampoco estaba borracha, controlé el entorno y a la mañana siguiente, a pesar de no haber dormido mucho, sin resaca ni mal aliento, pude sacar adelante un día de trabajo como si la noche anterior me hubiera acostado a la hora de siempre (que ya suele ser bastante tarde).

Por si fuera poco, la gente de mi alrededor que bebe alcohol casi a diario está sufriendo unas metamofosis físicas nada envidiables.

Los de vez en cuando no tienen demasiada importancia, creo yo, pero es vital elegir los hábitos.

¡Viva la cerveza sin alcohol!

Tripita

Casi sin darme cuenta he descuidado mi alimentación. Día tras día he ido haciendo una excepción por comida, algunas veces auténticos excesos, como merendar dos veces y cenar dos veces menús increíbles.

Al mismo tiempo he hecho menos deporte del habitual y me parece impresionante la velocidad con la que el cuerpo pierde (o gana) las formas que se habían endurecido tan rápidamente, todo hay que decirlo, al tomar buenas rutinas.

Tomar y tomar, ahora toca retomarlas.

Cuernos y bofetadas

Tuve un sueño horrible.

La ciudad en la que vivía estaba inundada y las ballenas nos deleitaban con sus chapoteos. Orcas y ballenas azules aplaudidas desde balcones futuristas. Pocos hablaban mi idiomaa y convivía con mi abuela en un piso como el que tuvimos, pero más grande, tanto que yo tenía mi propio cuarto para estar con mi novia, con la que por lo visto, había discutido.

Mi abuela me advertía de que me había sido infiel y al ir a la habitación donde solíamos hacer el amor, me encontraba con preservativos extragrandes y toda clase de evidencias de sexo en mi ausencia.

Me dolía muchísimo que me mintiera a la cara al preguntarle y le daba una bofetada, de esas que duele más por el hecho en sí que por la mano.

Más me dolía que me la devolviera, su gesto, convencida de que yo no le pertenecía, totalmente carente de amor hacia a mí.

Me quedé una hora en la cama diciéndome a mí mismo que los sueños sueños son.

Pero sobretodo pensaba en aquellas bofetadas. En la mía que no creo que se la diera de reproducirse esa situación en la realidad, en el dolor que me provocó su manotazo y su mirada.


idea48: todo tiene arreglo

Este blog surgió hace unas semanas, al inicio de una época crítica de mi vida. Una era de cambios, de decisiones, de novedad, de ratos buenos y menos buenos. Me prometí que escribiría siempre desde el optimismo, que no me enredaría sobre los temas que apuntalaban mi cabeza y que intentaría que mis palabras me ayudasen a mejorar mi día a día.

Pero como todos, tengo días peores que otros, momentos en los que no me siento tan dueño de mi vida, y en las que soy algo duro de oído ante los buenos consejos.

Hay veces en las que algo nos duele, en forma de amor, miedo, rencor...y no deseamos huir de la sensación. Aunque no sea agradable la sentimos como nuestra y abrazamos sus espinas.

Me gusta creer que incluso de esos momentos se aprende, que enriquece vivirlos, poder decirte a ti mismo "he sufrido por amor, ya sé lo que es", pese a que seamos capaces de tropezar, retropezr y reretropezar en la misma piedra, ni siquiera en una parecida, si no en la misma.

Hay momentos de crisis en los que el sol desaparece, pero es como las tormentas de verano que se esfuman nada más haber descargado su fuerza sobre nosotros.

Todo tiene arreglo y el tiempo en este caso es nuestro aliado.

idea47: cambio de planes o flexibilidad II

Llevaba meses preparándome físicamente para competir en judo y en atletismo.

Ha llegado el momento de poder entrenar, de federarme y no he tenido ni que planteármelo.

No me apetece.

Me supone demasiado esfuerzo contando las demás cosas que tengo que hacer, el tiempo libre del que dispongo es limitado y quisiera hacer otras cosas como jugar al ping-pong, correr, baloncesto, patinar...la palabra clave es JUGAR.

De esta manera los retos deportivos pierden en seriedad, en sacrificio. Juego como los niños en las épocas estivales, despreocupado, entregado.

Mis planes han cambiado y no siento que me haya fallado, al contrario, estoy haciendo en cada momento lo que me apetece, divertirme, sin dejar de moverme y darle un poco de juerga deportiva a mi cuerpo, que la necesita como el comer.

jueves, 20 de septiembre de 2007

idea46: que no te cambien.

En medio de una de esas conversaciones en las que cada uno expone los problemillas que tiene en mente y se acaba por hallar un punto de encuentro entre situaciones que en un principio no tenían demasiada relación, he tenido la suerte de escuchar una reflexión de las que merecen realmente la pena.
"Cada uno es cómo es y no vas a poder cambiarles, pero por lo menos que no te cambien a ti".
Me gusta la frase porque implica aceptar a los demás como son, comprender que vuestras opiniones no tienen porqué coincidir, ni hay porqué crisparse intentando convencer de nada a nadie y te ofrece la idea de enfocar tus esfuerzos en la clase de momentos donde está frase encaja en seguir siendo como eres, sin dejar que te cambien.
Es una manera de estar tranquilo frente a los demás, sus opiniones y hacia ti mismo.

martes, 18 de septiembre de 2007

idea45: nunca estarás sol@

Tantas veces nos creemos que nuestros problemas son diferentes a los del resto, que nadie se ha sentido como nosotros con anterioridad y eso no hace más degraciados todavía.
Aunque en algunos aspectos sea una pena, siento deciros que no somos especiales, que todo lo que vivamos le ha sucedido a millones de personas (si, si, millones) antes que a nosotros y que probablemente en toda nuestra vida no hagamos nada nuevo, nada único.
Todo está inventado.
Pero esto también tiene su lado bueno y hace que cuando la historia se nos tuerce podamos encontrar a otras personas en nuestra misma situación, en el curro, entre cervezas, cafés, series del gimnasio...o entre los libros.
Abrirse y escuchar nos puede poner en nuestro lugar, acompañarnos en una tristeza que mengua al verbalizarla, al compartirla, ya sea en boca de otros o en sus letras.
Nunca estarás sol@.

idea44: pasotismo constructivo

Ayer por la noche pensando en la derrota sufrida por la selección española en la final del eurobasket, recordé sus caras tristes, desolados por haber fallado el último tiro y me asaltó la siguiente idea:
¿Qué más da quedar segundo o primero?
Entiendo la competitividad, me encanta el deporte, pero de verdad...¿qué importa que ese tiro entre o no? no pregunto que cambia en desarrollo de la historia (eso lo dejo para algún comentario), si no en la misma vida de los implicados. Seguirán jugando al baloncesto, cosechando triunfos y derrotas, pero en realidad, en lineas generales todo seguirá igual.
Y siguiendo con este qué más da se me antojan mil ejemplos de en mi vida cotidiana, situaciones que podrían parecer urgentes, llegar a sentir cierta angustia por ellas y en realidad qué más dan.
No digo que no luches por la victoria con ahínco, por puro disfrute, pero ante la derrota, elevando un poco la vista, tratando de ser objetivo no se me ocurre otra cosa qué decir:
¿y qué más da?

¿Dónde están las pesadillas?

Basta que hoy me atreva a escribir estas palabras para que mañana me despierte bañado en sudor frío, temiendo que una garra rasgue la colcha en busca de mi sangre, pero...¡ya no tengo pesadillas!

Hasta hace poco el recuerdo de los malos sueños recurrentes me acompañaba gran parte del día, imágenes horribles, de las desgracias que más teme cualquiera en la que los protagonistas eran mis seres queridos.

Llegué incluso a temer el momento de dormirme, como en la película de Freddy que por cierto, apareció en alguno de esos sueños como invitado estrella y eso que la primera película la vi cuando no tenía más de 10 años, y desde eso han llovido mares.

Las pesadillas desaparecieron hace días y ni siquiera me había dado cuenta hasta este momento. Parece mentira cómo se nos olvida lo malo y la vida sigue como si nunca hubiera sucedido.

Y es que como dice Machado...

todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo camino,
camino sobre la mar...

Qué bonitas sus palabras y que bueno poder dormir tranquilo.

A todos los que estéis atravesando un ciclo de pesadillas os digo que sin más, cesarán y hasta su recuerdo desaparecerá.

lunes, 17 de septiembre de 2007

idea43: felicítate, la felicidad en estado puro

Esto no es una idea en sí misma, es un pensamiento positivo, una sensación de fresa...

No dejo de sorprenderme por la facilidad con la que puedo pasar de preocuparme por una tontería a la felicidad más pura y total y a la inversa. La vida está hecha para disfrutar, para rodearse de la gente que nos transmita buen rollo y pasar de aquellos que nos bajen de la nube, que nos chupen la energía como vampiros de la vitalidad. Bastante complicada es la existencia cuando se pone a ello como para darle vueltas a tonterías que en frío vemos que no llevan a nada.

El buen rollo es tan contagioso como el mal rollo así que pégate a las carcajadas, a las miradas limpias o aquellas que te digan algo diferente a la envidia, a la competencia, al cotilleo, todo lo demás te sirve.

Y si ya consigues disfrutar de ese entorno social, siendo generoso, riéndote hasta de tu sombra, escuchando y retirándote a tiempo para encontrarte a ti mismo en un libro o en un folio en blanco...

Puede que sea un tipo extraño, pero para mí eso es la felicidad.

Un fin de semana de contraentrenamiento

El entrenamiento se divide en tres factores igual de importantes:

- entrenamiento en sí o actividad física: el viernes dejé la mochila del judo, las pesas y las zapatillas de correr en su sitio, el sábado hice pesas movido por la euforia y el domingo me he torcido los dos tobillos, uno detrás de otro en menos de 5 minutos. Todo un récord que todavía me duele.

- Alimentación: cenar dos pinchos fríos no es cenar. Dos kebaps en dos días son demasiados kepaps. El alcohol no tiene más que calorías vacías. Menos mal que el pollo, el yogur, las proteínas, los bocatas de jamón con ajo y tomate y la salvación en forma de visita de mis progenitores me han devuelto la sonrisa con algo de masa en los carrillos.

- Descanso: creo que el viernes se me olvidó dormir. Aún así el sábado pude entrenar, todavía no me lo explico y prometo no haber consumido ninguna droga ilegal. El resto del fin de semana he descansado algo más y supongo que para quien lea estas palabras le parece un abuelo, pero de verdad que si no duermo no rindo, adelgazo casi al instante y soy capaz de torcerme un tobillo y después el otro.

Espero que esta semana que empieza pueda hacerlo algo mejor


idea42: el ritmo natural (II) ó el placer de no saber

Según el momento y a quién se haga la pregunta, la respuesta a qué es para ti lo peor de la vida puede ser muy diferente (obviemos todas las grandes desgracias ¿vale?)

El aburrimiento te dirá el que está harto de compartir sofá y televisión con su pareja.

O como decía Parker Lewis: "una chica puede decirte que sí y hacerte el hombre más feliz del mundo ó decirte no y convertirte en el más desgraciado. Pero puede ser peor, puede decirte: NO SÉ."

Quizá esas palabras pasaron desapercibidas para muchos, pero a mí me parecen geniales y de lo más afortunadas. El no saber qué pasará puede hacer que te comas la uñas, seguidas de los muñones.

El aburrido del mando a distancia te dirá que lo que daría él por desconocer su futuro cercano y el que mire su móvil con la misma expectación que los beatos a las imágenes de la virgen que sólo quiere saber, si ó no, pero ya por favor.

Yo digo que una vez que se sabe ya no hay vuelta atrás, los sueños se dan de bruces con la realidad y ésta no siempre se caracteriza por la magia que desborda.

Puede que los momentos más intensos y placenteros sean esos en los que echados con las manos detrás de la cabeza soñamos con lo que "podría ser".

Disfruta del placer de no saber.


idea42: el ritmo natural (I)

Otra alternativa a superar los momentos de impaciencia en los que acostumbro a acelerar las situaciones, a privarlas de su ritmo natural y en esta palabra está la clave, en la "naturalidad", provoca que a menudo lo que halle no sea de mi agrado.

Por primera vez estoy intentando que la vida se desarrolle con naturalidad, a no marcar yo el ritmo de aquellas acciones que involucren a más personas, a dejar que tomen sus propias decisiones, y de paso así, poder conocerlas.

No me refiero a estar parado viendo la vida pasar (Como dice Olvido Gara), me refiero a observar, a fantasear y a imaginar lo que se desee pero a no cerrar los ojos a las respuestas de la otra persona.

Porque a veces seguimos hacia delante ignorando señales importantísimimas de los implicados en la situación-relación-acción y huelga decir, que eso es un error.

Dejemos que la vida marque su ritmo y sin dejar que se enfríe tomémosla templadita, con el fin de no quemarnos tanto los labios.

idea41: sms y las horas del día

Hace algunos años se me ocurrió una teoría que aunque discutible no dejan de encontrar divertida los que me rodean. Aunque no sea una buena idea para mejorar la rutina estrictamente, puede que ayude a desentrañar las intenciones de una persona de la que no tenemos demasiada información

Cuando alguien recibe un mensaje de madrugada de una persona que no es su hijo, su padre, su hermano o aquel que te ha dado el bote de la cena, lo más probable, o al menos eso creo yo, es que esté interesad@ en realizar alguna clase de actividad impura contigo.

Si por el contrario el mensaje llega por la mañana, probablemente enviado nada más despertarse, me inclino por pensar que esa persona siente algo más cercano al amor que a la pura atracción física.

Los mensajes por la tarde o al mediodía son más habituales para amistades sin pretensiones, para qué tal y cómo te va.

Haced la prueba, pensad en lo que recibís o enviáis y ya me diréis.

domingo, 16 de septiembre de 2007

idea40: la impaciencia me domina

No sé si escribí con anterioridad sobre esto, pero es algo tan esencial para mí que me arriesgaré a repetirlo.

Hay momentos en los que un nudo atenaza mi estómago y el desconocimiento por el futuro cercano puede hacerme darle un empujoncito. Escribir un email, una llamada que llevaba un tiempo evitando hacer...

El paso está dado y de esa manera consigo salir de la situación de espera hasta el próximo capítulo de mi vida pero la verdad, aunque lo haya hecho una y mil veces, o justamente por eso, me parece un error caer en esa debilidad y no apoyar el paso en una tierra más firme que la propia impaciencia.

Ser fuertes en esos momentos y madurar una idea, tomando la decisión a media tarde que es la más neutral de las horas, me parece lo más apropiado.


idea39: salirse del camino marcado

"La suerte pertenece a los valientes"

No estoy seguro de si la frase es exactamente así, pero teniendo en cuenta de que probablemente se trate de una traducción y de que el sentido es ese tampoco tiene mayor importancia.

Casi a diario la vida nos da la oportunidad de salirnos del camino marcado, de hacer una llamada, de dejarse llevar, de inclinarse por lo desconocido, de elegir el sendero difícil ó simplemente el más misterioso.

Pocas frases encuentro más tristes que una que habré repetido mil veces con resignación y cansacio, "de casa al curro y del curro a casa".

Abrise un poco al mundo, salirse de la rutina puede dar resultados tan sorprendentes que ni siquiera merecen la pena los ejemplos.

Arriesgar puede ser una victoria en sí misma.

jueves, 13 de septiembre de 2007

idea39: saber descansar

Me quedaría escribiendo sobre alguna de las docenas de ideas que tengo apuntadas en los post-it que adornan, ordenador, mesas y mesillas pero el cuerpo me pide cama y le voy a escuchar.

El libro que estoy leyendo afortunadamante no es tan interesante como esperaba, algo a tener en cuenta por quien busca dormirse cuanto antes.

Por cierto, la mujer que me sirve cada día una sonrisa y el primer plato de mi comida me ha dicho que lo que pedía tenía muchos carbohidratos y que aunque no son lo más indicado para adelgazar (que no tiene porqué ser siempre el objetivo), resultan ideales para conciliar el sueño.

Ahí queda ese consejo que nos ha regalado.

Hasta mañana (y apenas son las 23:34, es mi récord).

Descanso forzado por el trabajo

Entre unas cosas y otras, el resfriado y las 12 horas de media en el laboratorio esta semana no he entrenado más que un día, pero no pasa nada, porque queda el viernes, el sábado y el domingo, tres días para terminar con un balance de cuatro días de entrenamiento, que no está nada mal.

Desde el lunes tengo la mochila con la indumentaria de judo preparada. Creo que tendré que airearla un poco antes de ir a entrenar o el tufillo será mi arma más letal.

Pese a todos los pesares, incluido el Kebap que me acabo de zanpar, la alimentación y las mini-siestas me han mantenido a flote estos días.

Las ideas que empezaron como un juego hace ahora diez días, han mejorado mi rutina hasta el punto de hacerla inmune a envites de toda clase.

idea39: volver al tema a destiempo

Tras decir lo que quería, en ocasiones me diluyo en argumentos que nos alejan, tanto a mí como al interlocutor del tema que tratábamos, lo cansan y pierdo la razón que pudiera tener, la fuerza que podían poseer mis primeras palabras.
A veces es mejor decir las cosas una vez y no que por temor a que no se claven en la mente del otro, repetir y repetir...aunque sea empleando otras palabras. Volver al tema que se creía zanjado porque no ha quedado como a uno le gustaría no me ha dado nunca buenos resultados, ya que cuando te terminan dando la razón puede ser por hastío más que por convencimiento.
No sé si se trata de un problema común, pero a mí me pasaba hasta hace poco y desde que lo he corregido (conscientemente y gracias a que trato de controlar mis emociones en las discusiones) éstas son menos traumáticas y más fructíferas ya que escucho más que hablo, cosa que antes no me ocurría, de manera que tengo más posibilidades de llegar a comprender los sentimientos de quien tengo en frente.

vivir en sueños, vivir en la realidad

Para los que estamos un poco locos, existe un eterno dilema, el de vivir en la realidad o en nuestros sueños. No es raro que la imaginación nos conduzca a inventarnos nuevos mundos que nos divierten y a veces hasta nos llenan.
Que vivamos el amor por una persona que no nos hemos cruzado más que en nuestra mente, una mezcla de las virtudes de todas aquellas que hemos ido conociendo. Nos reímos sin razón aparente, soñamos despiertos y dormidos en universo de niebla multicolor.

Pero de vez en cuando se repite el descenso hacia el mundo real, en el que nuestra imaginación pierde potencia y la vista no alcanza más allá de los horarios, las decepciones que sufrimos por parte de los seres de carne y hueso, las prisas en una ciudad donde todo es urgente y nada es importante.

Y entonces pensamos que nuestra vida es una mentira, que la felicidad que nos hemos construido no es más que una burbuja en un desierto de grises y seguimos descendiendo, incapaces de elevar el ánimo, pues no hay peor mentira, que la que nos contamos a nosotros mismos.

¿Pero, quién decide lo que es real y lo que no, lo que importa, lo banal?

¿Qué más da si en la televisión no se anuncian castillos en el aire? Cada uno decide los campos en los que quiere soñar y yo no pienso ponerle límites a mi fantasía, ni restarle importancia a lo que sueño cada noche, a los cuentos que leo y los que escribo.

Si alguien quiere convencerme que lo único que existe es el humo de la ciudad, lo tangible, lo "real", me apiadaré de él.

Los pilares de la tierra

Cuando me dijeron que no trataba sobre los cimientos de la naturaleza humana, si no que era la historia de la construcción de una catedral, he de confesar que me sentí algo decepcionado. Me recomendaron su lectura encarecidamente, al igual que hago yo años después, pero como tantas veces no hice demasiado caso.

No recuerdo porqué cayó el libro en mis manos, lo que no podré olvidar mientras viva es la manera en la que me enganchó.

Aprendí sobre amor, codicia, lujuria, lucha, pobreza, traición. Si no doy más detalle es porque jamás me atrevería a perjudicar en lo más mínimo una lectura como ésta.

Llegué a leer durante 7 horas seguidas, una noche entera renunciando a salir de fiesta, enamorado como estaba de la protagonista, admirando como admiraba a otro de ellos, totalmente identificado con un tercero.

Conozco a dos personas que no les gustó y a dos docenas que lo adoran.

Es uno de esos libros que hay que intentar leer.

Cuando todos lo hayáis hecho lo comentamos sin miedo.

Por ahora solo podemos recomendarlo

idea38: ¿necesitas tu coche?

Mi abuelo era camionero y me enseño a conducir cuando era pequeño. Con el tiempo se me olvidó parte de lo aprendido y mi padre volvió a enseñarme antes de que pudiera sacarme el carnet. El coche y después una furgoneta con cama me condujeron a mil aventuras en su día.

Pero me mudé a Vitoria y desde Pasaia era más cómodo ir en tren, aunque tuviera que amoldarme a su reducido horario. Por la ciudad la bici era tan rápida que me desesperaba coger el coche y parar por atascos o en cada semáforo. Aparcar era una pesadilla que me encantó dejar de lado.

Y así, mi furgoneta, una de los objetos a los que más cariño le tenía, se convirtió en un gasto calculado en 3000 euros al año, casi sin utilizarla. De manera que de un día para otro decidí venderla con el fin de ser más libre, dejando a un lado la idea de la prosperidad asociada al coche, pensando más en mi propia libertad, mi salud, el tiempo y el dinero que ganaba, el medio ambiente.

Hoy voy a donde quiero, leo y escribo en el tren, recorro cada rincón de la ciudad en bicicleta.

No aparco, no discuto con otros conductores, no contamino, no rozo, no averió, no temo morir en la carretera como miles de personas cada año.

No estoy en contra de los coches, pero ¿necesitas de verás el tuyo?

idea37: reduce tu consumo de papel

Por lo visto hace unos años se creo en Estados Unidos un movimiento social que pretendía subsistir con los objetos existentes, sin comprar nuevos.

Pedían el cortacésped al vecino, compartían los coches, pedían prestados los libros en la biblioteca...

Empezaré por los libros. Leer me parece una de las actividades más gratificantes de la vida. He comprado muchos libros en los últimos años y no me arrepiento de haber adquirido unos pocos, pero el resto era prescindible.

Realmente quién se lee los libros más de una vez, para qué tenerlos en una estantería acumulando polvo, para que amontonar objetos, pudiendo devolverlo a la biblioteca una vez leído y dejar así más espacio libre, menos peso para el día en el que decidamos mudarnos.

De esta manera sólo compro aquellos que no encuentre en la biblioteca y desee leer.

En su lugar he comenzado a hacer una lista de los libros que ya me he leído, como un simple recuerdo y otra más importante con aquellos libros que me gustaría leer. De esta manera sé cuáles buscar y siempre tienen alguno de los que deseo, si no es en la biblioteca, por mediación de un amigo.

idea36 bis: El consumo y Diógenes

El oráculo de Delfos consultó a los Dioses quién era el más sabio de toda Grecia, y éste debió de contestar que el bueno de Diógenes.

Alejandro Magno, impresionado por la palabra del oráculo y por la historia de aquel hombre que caminaba desnudo y sonriente, sin más pertenencias que las que colgaban un palo, se puso frente al tonel en cuyo interior vivía Diógenes y le preguntó:

- Dime Diógenes, tú que eres el hombre más sabio de la ciudad, pide lo que quieras, aquello que desees y yo te lo daré.

- Que te quites de en medio que me quitas el sol.

Otro día, Diógenes paseaba por el mercado, cuando se paró ante un escaparate abarrotado de toda clase de artilugios, adornos, brillantes y exclamó:

¡Cuántas cosas que no necesito!


Quizá sea un idealista, pero creo que cuántas menos cosas necesita una persona, más feliz es.

No es más rico quien más tiene, si no quien menos necesita.

¡Pongamos a los antiguos sabios de moda con nuestros actos!

idea36: reduce tu consumo

Acompañas a alguien a una tienda y acabas comprándote algo que no necesitabas para nada.

No tienes nada que hacer, piensas en qué podrías comprarte y te lo compras.

Deambulas entre tiendas, como si tuvieras la obligación de llevarte alguno de esos objetos para que tu paseo no fuera en vano.

Te compras más libros de los que puedas leer.

Reducir el consumo es salir de una tienda sin comprarte nada si antes de entrar no sentías la necesidad de ello, es no entrar en la tienda por simple aburrimiento, es buscar alternativas al consumo, comprender que un paseo puede ser un plan, que no hace falta llevar una bolsa en la mano, que existen otros entretenimientos, otras formas de eliminar el temido estrés que no sea irse de compras.



idea35: no hablar rápido por inseguridad

La multitud te observa, por un momento tú eres el centro. Cuentas tu historia, pero el miedo a aburrir, a que no sea tan buena como te lo había parecido unos minutos antes puede llevarte a acortarla, a terminar contando un resumen inanimado de la misma, a toda velocidad.

De esa manera huyes de la presión de tener las miradas fijas en ti, pero pierdes la oportunidad de compartir una experiencia con los demás, tal y como la sientes.

Haz la prueba. Habla despacio, sin filtrar tus palabras, sin cuestionarte tus ideas, en el ritmo y las voces que creas que encajan con tu historia. Dale las pausas que veas necesarias, gesticula y ríete de ti mismo, de tus chistes.

El efecto puede ser maravilloso, enriquecedor si alguno de los que te escuchan consigue meterse en la historia y darte una opinión verdadera.

La presión se convierte en calor, las palabras en nexo entre personas, las risas, las pausas para pensar, las opiniones sinceras y alternativas a lo políticamente correcto, pueden dibujarte una sonrisa que te acompañe en tu vuelta a casa

miércoles, 12 de septiembre de 2007

idea34: no precipitarse

En la linea de la idea "ser paciente", en este caso quiero recalcar la importancia de frenar nuestras sensaciones, que no nuestra intuición, hasta que el interlocutor haya terminado su frase, su discurso o la carta sus palabras.

Creo que muchos malentendidos vienen de no dejar que el otro cuente lo que quería decir, de desarrollar una opinión sin terminar de escuchar y tras ello, a menudo nos cerramos en banda, como si el resto de lo que dijera no fueran más que excusas.

Personalmente creo que hacer un esfuerzo extra por seguir escuchando de una manera lo más objetiva posible, nos puede ayudar a hacer las lecturas adecuadas de las situaciones que se nos planteen.

Al final se trata de vivir con los menos prejuicios posibles, que lejos de hacernos más listos, nos convierten en prisioneros de nuestras propias ideas.

Tras escuchar toda una historia y darse un tiempo para reaccionar, las cosas suelen verse de forma diferente a la tantas veces devastadora, primera impresión.

Menudo trancazo: descanso obligado

En días como éste, el único objetivo a plantear ha de ser el de sobrevivir.
He estado a punto de ir al judo y aunque todavía no es la hora y a pesar de que esta semana no he aparecido por ahí entre unas cosas y otras, creo que tal y como estoy descansaré o haré algo suave de pesas o correr.
De nada sirve decir que he ido a entrenar si no puedo aprovechar el entrenamiento y encima me juego el lesionarme por no poder resistir de manera adecuada.
Mañana será otro día y el de hoy está pasando, que no es poco.

martes, 11 de septiembre de 2007

idea33: apaga la tele

Parece mentira que haya que decir esto, pero es que de vez en cuando se nos olvida.

¡Apaga la puta tele!

Vale que te guste CSI, el europeo de baloncesto, hospital central...pero cuando se acabe lo que quieres ver y comience un nuevo programa casi sin darte tiempo a pensar intentando colarse en tu cabeza, apaga la tele, que apagues la tele.

Es probable que la habitación se quede en silencio.

¿Y ahora qué?

Mirarás por la ventana, el reloj, los libros de las estanterías o el que lleva unos meses en tu mesilla y si no enciendes la tele de inmediato, puede que a los pocos minutos, quizá antes...¡PUM! tengas una idea.

Puede ser una idea importante o bien una tontería, puede ser algo en lo que nunca habías pensado, un recuerdo concreto. Igual te da por...cualquier cosa.

Dale una oportunidad a tu mente, utiliza el televisor, no dejes que sea él quien te utilice.

!Apaga la tele¡

idea32: planea no tener plan

Una vida ordenada puede ayudarte en tu salud, en tu trabajo,...pero incluso para aquellos que intentamos construir una rutina enriquecida con las cosas que nos convienen y/o nos gustan, dejar unos ratos al día para la improvisación puede producirnos de las mayores alegrías de la vida.

Callejear, perderse por una avenida, meterte en un café a leer el periódico o a escribir un rato...es abrir una puerta para que la vida te sorprenda. No sabes lo que verás, quién puede cruzarse en tu camino, sentarse en el asiento contiguo.

Si echo la vista atrás, las cosas más curiosas y agradables me han ocurrido cuando callejeaba un poco perdido, sin un rumbo fijo ni un plan en especial.

No hay que tener miedo a no tener plan, a perderse un poco por tu ciudad.

Ojalá alguien apoyara mi tesis con alguna experiencia personal.

idea31: no forzar la situación

Va un poco en el sentido de "quedarte con las ganas" y "aprender a retirarse a tiempo", pero no es exactamente lo mismo.

No se trata tan solo de no forzar una situación pensando en que quizá haya una mejor ocasión para conseguir dicho objetivo (que cada uno lo aplique a la faceta de la vida que prefiera).

Existen infinitas dimensiones, infinitas posibilidades para cada momento.

Puede que en lugar de forzar una situación puedas vivir en ese mismo instante una situación no forzada, y de la misma manera puede que mientras estés forzando una situación, te estés perdiendo otra que no lo sea, completamente sorprendente.

Sé que es un rollo leer algo que no este particularizado, dejar las cosas tan en el aire, pero es que hay temas de los que me gustaría y a la vez no me gustaría hablar, temas en los que puedo tener algo que decir, pero que son muy políticamente incorrectos.

Hay cosas que es mejor hablarlas para que el viento llegado el momento, pueda arrastrar las palabras a otra parte.

idea30: madurar las ideas

Estos días estoy recopilando información sobre varias asociaciones, cursos, congresos, academias de inglés...tengo tantas ganas de hacer tantas cosas que me apuntaría a todas ellas sin pensarlo ni un segundo.

!Quieto, toro!

Es lo que se define científicamente con el término "hacer algo de calentón" y puede darte mil quebraderos de cabeza por imcompatibilidades entre las diferentes actividades, dinero, agobio...

Por eso continuaré amontonando información, dejaré madurar las ideas al menos una semana y después volveré a pensar sobre ellas.

Quizá lo que hoy me parece muy buena idea, no lo sea tanto el lunes que viene ó al revés.

"todos tenemos ideas tontas, pero el sabio se las calla"

idea29: Darse un respiro de uno mismo

A veces me amontono, mis sensaciones van oscureciendo la gama de grises y en un momento entro en un pozo húmedo y profundo, que me deja unos instantes sin saber qué hacer o a dónde ir, como un kit-kat en el buen rollo que me invade el resto del tiempo. En esos momentos, como ya dejé entrever en una entrada dedicada al entrenamiento, en lugar de pensar, de comerme el coco, soy consciente de mi estado y procuro entregarme a las actividades más rutinarias, que hoy ha consistido en comprar yogures.

Al no alimentar la tristeza se ha esfumado casi sin darme cuenta y al poco ya estaba entrenando, mientras preparaba la cena, hablaba con uno y con otra y todo marchaba de nuevo.

Darse un respiro de uno mismo viene muy bien a veces.

Dos días de descanso seguidos

El lunes tampoco entrene, opté por ir a tomarme algo y no me vino nada mal, porque estaba muy cansado y un poco resfriado.

Hoy me he despertado con la garganta delicada, toneladas de mocos y hecho polvo, pero no me he tomado ningún medicamento y tras una siesta de media hora, por la tarde me he sentido mejor y he podido entrenar flexiones, biceps y abdominales, mientras revisaba el correo y hacía la cena.

Así que ya he recuperado los entrenamientos y olvidado las 48 horas de descanso.

Mis objetivos

Vamos a sacar algo en positivo de la charlatanería que reside en los horoscopos, sus secciones, para clasificar mis objetivos en los meses que restan para acabar el año:

Trabajo: sacar el DEA (suficiencia investigadora), concluir el capítulo del libro, terminar los experimentos del que puede ser mi primer artículo, continuar con la docencia universitaria, dedicar media hora al día a estudiar inglés, optimizar los experimentos relativos al servicio de parentesco e identificación.

Familia: Continuar apoyándoles en lo que haga falta y disfrutando de hablar con ellos por teléfono y de su compañía un día a la semana.

Salud: Mantener una alimentación equilibrada, una hora de entrenamiento 5 días a la semana y un descanso de 7 horas durante la noche y 25 minutos de siesta.

Amor: Recuperarme de la ruptura (sobre la que puede que algún día publique algo) poco a poco, asumiendo que llevará tiempo y que habrá días mejores y días peores.

Amigos: Disfrutar de ellos y continuar ampliando mi círculo social con calma

Espiritual: Es una mezcla y una consecuencia del resto de objetivos. Continuar aprendiendo a tomar distancia sobre los problemas diarios, ser paciente, constante, positivo y libre.

Dentro de tres meses: el 11 de Diciembre del 2007 haré un balance sobre esta entrada y volveré pensar sobre estos aspectos.

idea28: constancia

"No importa cuánto corras hoy, si no que vuelvas a correr mañana".

Esa frase es mía, aunque la idea es tan vieja como la propia tierra y se le habrá llamado de muchas maneras. Es algo que todos sabemos y que luego difícilmente aplicamos.

Estudiar doce horas un día no sirve de mucho, ni correr hasta la extenuación.

Pero estudiar una hora al día durante meses puede dar fantásticos resultados.

La constancia puede darte títulos académicos, una cultura envidiable, un físico saludable y atractivo.

Sé constante. Una vez hayas elegido tus OBJETIVOS REALES Y SENCILLOS A MEDIO PLAZO, asignales un horario y cúmplelo sin planteártelo siempre que puedas y cuando no puedas por causas mayores no te lo eches en cara.

Barry Sears respecto a la alimentación dice "no eres mejor ni peor que tu última comida". Si leeis el genial libro de la Zona, entenderéis que quiere decir y además cambiaréis vuestra vida para siempre. Algún día se hablará de ello en los colegios, os lo aseguro.

idea27: objetivos sencillos

Muchas veces hago demasiados planes, divago sin llegar a concretar y pese a mis buenas intenciones la mayoría de ellos se quedan en agua de borrajas.

Plantearse un objetivo concreto, como participar en una competición deportiva determinada, obtener un título de euskara o de inglés y cosas parecidas, es el primer paso hacia su consecución.

El objetivo debe cumplir dos requisitos:

Por un lado ha de ser REAL, no tendría mucho sentido que me propusiera participar en las olimpiadas del año que viene. También es importante que su consecución no se dilate en exceso en el tiempo, que sea a A MEDIO PLAZO, aunque no suponga más que una de las etapas que te lleve a tu objetivo final, mucho más lejano, para que la recompensa no se haga esperar demasiado y te anime a seguir con el siguiente objetivo.

Por último añadiría que fuera SENCILLO, porque a veces al planear todo parece más fácil de lo que en realidad es, que disponemos de horas que a la hora de la verdad no las podemos dedicar a lo que quisiéramos, que nos fallan las fuerzas...conseguir un objetivo sencillo puede no ser una gran hazaña, pero es más que no conseguir un objetivo complicado.

lunes, 10 de septiembre de 2007

idea26: la sonrisa que abre todas las puertas

Puede que sea en parte consecuencia de reflexionar sobre todas estas pequeñas ideas, el cambio de casa, de ciudad...pero últimamente no se me quita la sonrisa de la cara.

Además es una especie de círculo vicioso, porque llegas contento ante un desconocido y normalmente, salvo algunos funcionarios universitarios, lo habitual es que entre ambos se cree una instantánea cordialidad, que a su vez te hace mantener tu sonrisa sin esfuerzo y quizá sea solo una impresión, pero parece que también abres las puertas de su confianza, ya que desde que muestro mis dientes en el mejor sentido de la palabra, he podido escuchar historias que me sirvan para ver la vida "desde otros ojos".

Una amiga me decía sin dejar de reir. Me encanta ir por la calle, la gente está deseando sonreir y si les sonríes tu te devuelven la sonrisa. La verdad es que mi amiga tiene un rostro mágico, muy dulce, quizá sea por ello que le funciona ó quizá sea la sonrisa la que aguapa su rostro.

Vaya sustos que me das aita

Hace unos días soñé que pasaba un fin de semana por ahí con mi padre (hace un mes nos fuimos a un pueblo de Palencia un par de días) y que cuando paseaba yo solo por la calle, veía una ambulancia y poco después un coche fúnebre (la incoherencia de los hechos fue total, pero a mí me convencieron).

Por lo visto un hombre había muerto. En lugar de ir a reconocer el cadáver me dio por buscar a mi padre y al ver que no aparecía por ninguna parte la consecuencia lógica fue que era él y no otro el fallecido. Recuerdo el miedo a que alguien me lo confirmara, como aparecieron cientos de personas que no había visto en mi vida y decían ser antiguos amigos y amigas de mi padre.

Lloraba desconsolado entre mis propios amigos que también habían venido. Estaba roto de dolor y lo recuerdo como horas de estar con la gente, de no poder controlar mis lágrimas ni mis propias piernas. Vamos, algo totalmente horrible.

Y todo para que al rato aparezca mi padre con rostro de sorpresa, preguntando que ha pasado aquí. Casi le pego llorando todavía con más fuerza, le cuento lo que ha pasado (la gente se ha esfumado como si nunca hubiera estado) y me dice que no puede contarme dónde ha estado con toda la naturalidad del mundo, restándole importancia a lo que le acabo de decir y a mi propio dolor.

Al contarle el sueño que tuve me dijo que le encantaría entrar en su funeral por la puerta de atrás y ver quienes habían acudido a despedirle.

idea25: acostarte siendo feliz

Puede que fuera sencillo cuando era más pequeño y tenía menos cosas de las que preocuparme.

Recuerdo como mi padre me hace ya muchos años que una de las metas de su vida era que yo me acostara cada noche siendo feliz. No sé si llegué a contarle que sus palabras no habían caído en saco roto, pero lo cierto es que ya en la oscuridad de mi cuarto repasaba lo acontecido durante la jornada hasta que conseguía hacerle un guiño positivo y dormirme con una sonrisa en la cara.

Hubo una temporada en la que no es que no pudiera hacerlo, simplemente me olvidé de ello o quizá pensé que no era más que una chiquillada.

Lo cierto es que comencé a pensar de nuevo en esos términos, a buscar la felicidad antes de dormirme, solo que en lugar de repasar lo acontecido, me quedaba tan solo con los detalles positivos, para después tratar de enviar a mi mente a mundos que no existen (como imaginarme en un bosque, en otra época y cosas parecidas) y caer sin darme cuenta en los brazos de morfeo.

idea24: aprender a decir no

No sé a los demás, pero a mí me pasa a menudo que cuando me proponen algo que no me apetece demasiado o simplemente no me viene bien porque tengo otros quehaceres, me cuesta decir que no y me evado con excusas que en realidad son la verdad, como el trabajo...pero que suenan a excusa por el tono de culpabilidad que empleo.

Para superar esas situaciones tan recurrentes como desagradables lo primero para mí es clasificarlas. Si la proposición proviene de alguien con quien tengas la confianza suficiente creo has de decirle sin rodeos si te apetece o no, no vaya a ser (que suele pasar), que la otra persona lo hiciera un poco por ti, que a ti no te apetezca pero que no se lo digas y al final lo hacéis.

La excepción serían aquellos planes que sabes que a la otra persona le llenan de ilusión y tu disfrutes simplemente viéndola feliz.

Por otro lado se encuentran los conocidos con los que no tienes esa confianza. Te iba a decir que tuvieras una excusa bajo la manga para poder utilizar cuando te fuera necesaria y aunque puede que en algunos casos sea útil, volvería a hacer un esfuerzo por decir directamente que no cuando no tengas muchas ganas de ese plan.

Es sorprendente lo poco traumático que resulta para la otra persona escuchar una negativa que a veces nos resistimos tanto a dar.

No entrenar 2 veces el mismo día

El viernes además de ser el primer día que esprintaba después de años de dolor de rodilla, también conseguí lo que para mí fue un pequeño triunfo.

A pesar de no estar cansado ni tener un plan alternativo para esa tarde (que al final fue de lo más entretenida), no fui a entrenar a judo, anteponiendo el objetivo del entrenamiento al propio placer, que en este caso podía fácilmente desembocar en una lesión.

En estos momentos quiero entrenar lo justo para ganar un poco de músculo, tanto para correr sprints como para hacer judo y correr el mínimo riesgo de lesión, yendo al entrenamiento de combate lo más descansado posible

el mejor tenista del mundo

El otro día soñé mil cosas que ya no recuerdo, pero sí algo que por curioso decidí apuntar nada más despertarme. Estaba yo sumido en un sueño repleto de acción, amor y tragedia cuando por casualidad observé una noticia en el periódico que me hizo olvidar todo lo demás por un momento.

Un niño de once años, delgaducho, con gafas de culo de vaso y aspecto de correr más bien poco, utilizaba sus poderes hipnóticos para vencer a los mejores tenistas del mundo en 11 minutos.

Tan raro como aquel zagal era su propio nombre, se llamaba Muriobunda.


La memoria y los sueños

Me preguntó porqué cuando soñamos nuestra memoria se debilita, incluso los recuerdos cambian respecto a los que tenemos cuando estamos despiertos. Al soñar, olvidamos que horas antes estábamos despiertos, que existía otra realidad, la visión sobre el pasado es tan limitada que solo incluye aquello que tenga que ver con el propio sueño.

De esa manera somos susceptibles de creernos todo lo que nos ocurre en los sueños, en los que de pronto tenemos una nueva pareja, vivimos en otro piso completamente diferente, luchamos contra un dragón,...como si todo lo que nos sucediese fuera lo más normal del mundo.

Esto me hace pensar que la forma de manejar a alguien es atacar su memoria, de ahí la importancia de la memoria histórica, la tragedia que suponen enfermedades como el Alzheimer.

Pero continuando con los sueños, una vez me contaron una interesante teoría que explicaba estas pérdidas de memoria desde un punto de vista más propio de la ciencia ficción que de la ciencia a secas, que por otra parte hace volar mi imaginación.

Por lo visto cuando soñamos nuestra actividad cerebral es menor y por ello no somos conscientes de nuestra realidad despiertos. Por esa regla de tres, pueden existir otras realidades que impliquen mayores actividades cerebrales y de los que no seamos conscientes.

En otras palabras, lo que para nosotros es la realidad podría ser el sueño de una realidad superior, igual que cuando soñamos, sentimos que aquello es todo nuestro mundo.

idea23: siesta milimetrada

La siesta es probablemente, junto a la alimentación, el hecho más relevante de mi rutina.

Me permite partir el día en dos, recuperarme para rendir por la tarde en el trabajo y en el entrenamiento, pero eso sí, siempre que lo hagas en la medida justa.

La siesta puede ser tu mayor enemigo si te pasas de la media hora. El cuerpo entra en una fase de sueño profundo del que te costará varias horas recuperarte de la propia siesta.

Es que la siesta no es una manera de pasar el tiempo, es una forma de cargar las pilas.

Si es cortita, de media hora desde que pones la alarma, apagas el móvil (muy importante) y te acuestas, en pocos minutos estarás preparado para continuar con el día en la mejor de las condiciones, evitando pasar por ese periodo que suele durar, al menos a mí de 3 a 6 de la tarde, en el que cabeceo en el trabajo sin poder concentrarme como quisiera.

Si podéis haced la prueba. Mejor a la misma hora para que el cuerpo se acostumbre y durmiendo 20-30 minutos.

Ya me contaréis.

y el Domingo descansó

Tras una semana ajetreada y la juerga del Sábado, en la que por cierto bebí mucha cerveza, sin alcohol (sobre sus ventajas quisiera escribir más detenidamente en otra ocasión), aunque hoy el cuerpo me pedía entrenar (o por lo menos mi cabeza lo hacía), he creído que lo mejor era descansar, dejar que el cuerpo se recuperara para empezar la próxima semana con un poco de energía y en definitiva disfrutar de los beneficios de "quedarme con las ganas".

Priorizando el entrenar

Ayer sábado decidí llegar antes de lo habitual a casa y realizar un entrenamiento de pesas. Después cenamos, celebramos el cumpleaños de mi amoña y salí de fiesta hasta altas horas de la noche. Fue un día en el que no me perdí nada de nada.

La diferencia entre entrenar y no entrenar es a veces una decisión momentánea, un pequeño esfuerzo que a la larga puede influir en tu aspecto y en tu salud.

Fue solo una hora en la que además disfruté, porque veo que mi cuerpo va mejorando, me siento más en forma, más ligero y más fuerte.

Centenarios

El DV ha dedicado tres páginas de su edición dominical a los 119 centenarios, 100 de ellos mujeres, que viven en la actualidad en Guipúzcoa. Merece la pena leer el artículo, tras el cual es casi imposible no pensar en la vida de uno y en mil cosas más.

"La alimentación, el deporte, mantener la mente inquieta, positiva, tener una actitud positiva ante la vida ayuda a vivir más y mejor"Parece que el buen humor es una constante en los centenarios, un campo a cultivar.

"Ser optimista, reducir al máximo el estrés, buscar el lado positivo de las cosas y las personas".

Los que llegan a centenarios se ríen hasta de su sombra, son amantes de los paseos y el baile y no tienen sobrepeso.

El artículo comenta también que de seguir elevándose la esperanza de vida también lo hará la edad para poder jubilarse, ya que se estima que cada vez una parte mayor de la población será anciana, productores de gastos que la sociedad tendrá que afrontar.

Leer el artículo, está en las páginas 2-4 del DV del 9 de Septiembre y sacar vuestras propias conclusiones de lo que hay que hacer para llevar a viejo y la sociedad que nos puede aguardar a aquellos de nosotros (y me incluyo en un acto de optimismo) que lleguemos a tan tremenda edad.

domingo, 9 de septiembre de 2007

La vida del marinero

Tiene 34 años y si lo ves por la calle, puede que te pase como a mí, y lo confundas con un guiri que trata de ser alternativo con su cabeza rasurada y los tatuajes que le recubren los dos brazos hasta las muñecas.

Al oirle hablar, quizá también te equivoques y pienses que nació en Euskadi, por el fluido Euskara que exhibe. También erré al asignarle unos 28 años por su piel tan juvenil, porque tiene 34 primaveras.

Es posible que lo que desorientara tanto a mi intuición, es que nunca antes había conocido a un marinero. Para mi padre marino es aquel que se hace a LA mar, sin avistar tierra durante largos periodos de tiempo, en la marina mercante y marinero, el que navega por EL mar, un par de semanas tratando de capturar el mayor número de atunes, para después volver a puerto.

El hombre de quien hablo era marinero. Ademád de Euskara, hablaba alemán, francés, inglés, castellano y polaco, puesto que natural de Polonia. Probablemente aprendiese tantos idiomas durante las largas horas en los camarotes de 2x2 metros en los que convivivían una quincena de hombres de muchas nacionalidades y personalidades diferentes.

Algunos no hablaban en todo el viaje, o se tomaban como una ofensa personal el que les miraras a los ojos. Otros si lo hacías, intentaban compartir cama contigo. También los había que olían realmente mal. Pero es comprensible, puesto que en aquel pequeño barco de madera, de 30 metros de eslora, no había agua dulce para destinada a la higiene personal.

Se lavaban por partes con agua salada que después les hacía sentirse incómodos y cuando llegaban al banco de atunes, trabajaban 24 horas, las que hiciera falta, sin descansar.

Por el camino veían ballenas, orcas, delfines que les acompañaban entre piruetas en su travesía, pero lo más bonito, lo más espectacular para el marinero era el propio mar cuando se enfurecía.

Había visto olas tan grandes como el edificio de tres plantas que teníamos en frente, alzar un barco mayor que el suyo hasta dejar la hélice al descubierto y arrojarlo por los aires como si fuera un juguete. Nada había como aquello.

"Muy duro, el mar es muy duro"-dice con los ojos inundados de recuerdos. Y cuando llegaba a tierra, en su único día de fiesta, 24 horas, tenía que hacer la compra, visitar a su novia si es que no estaba trabajando y hacer guardia en el barco durante 8 horas.

No es que temieran que lo robasen, simplemente, el aquarium donde llevan el cebo para atraer a los atunes necesita atención constante de manera que los marineros se turnan cada 8 horas.

Habían pasado dos años desde la última vez que se hiciera a la mar, pero no se me ocurrió preguntarle en qué trabajaba ahora, con toda seguridad, no se trataría de una historia tan interesante

sábado, 8 de septiembre de 2007

El viaje de Careline

Careline tiene unas facciones duras que adivinan una voluntad inquebrantable. Su figura ágil y fibrosa resulta tan inusual como irresistible.

Le oigo preguntar por la estación y le contestó sin que se dirija a mí. Vuelvo sobre mis pasos a los 10 minutos cuando me doy cuenta de que probablemente se dirija a Hendaia y creo recordar que no hay tren hasta dentro de seis horas. Al acercarme a ella le habló con la mejor de mis sonrisas, temiendo por un momento incomodarle por mi reiterada intromisión, pero no es así.

Me enseña su billete de tren para que vea la hora que no es la que yo le he dicho y hablamos de camino a su destino. La conversación fluye al instante.

Hasta hace un par de semanas vivía con su novio en Amberes. Empezaba a sentirse ahogada en aquellas calles, la familia de él, la suya propia, un futuro cercano con compra de casa y niños incluidos. Cuando la pareja recorría los escasos 80 kilómetros que hay desde Amberes a Bruselas, él se sentía incómodo, ansioso por volver a su casa y a su gente.

El verano pasado Careline comenzó a perfilar en su mente la idea de un gran viaje que la llevase a recorrer todo Europa y África. Yo he tenido la fortuna de conocerla en su fugaz paso por Vitoria, tras haber estado en Pamplona y a las 00.15 ha cogido un autocar hacia Lisboa por problemas en el tren que debía de llevarla allí.

Su novio disfruta de las vacaciones pero no ama los viajes. Dice que al final la ha apoyado, pero creo que él ha comprendido que daba igual lo que dijera y ha preferido obrar así.

Careline ha sentido que era el momento adecuado, tras haber terminado una carrera parecida a pedagogía y trabajo social, para emprender la aventura que durará 4 meses. En enero su plan es volver a trabajar, pero no he entendido en qué.

Dice que si su relación resiste este viaje lo resistirá todo, pero creo que lo hace por ella, no por los dos. Admite que sentía que no tenía elección, que tenía que hacer este viaje y también que esperaba tener miedo, que sería duro, pero no se lo está resultando en absoluto.

Se siente libre, no ha tenido ningún problema hasta el momento y todo le parece fácil porque no tiene más obligación que ocuparse de ella.

Viajar es como si el resto del mundo desapareciera y solo importase el aquí y ahora, en el que te tienes que preocupar de donde comer y dormir, teniendo al mismo tiempo muchísimo tiempo para pensar y miles de ideas que bombardean tu mente. Por eso lleva un diario consigo, supongo que le ayuda a reflexionar.

En Lisboa tomará un avión a Senegal donde colaborará con una fundación encargada de mejorar la situación de los niños que viven en la calle. Esta nervios por su llegada a África, cree que será entonces cuando comience el viaje. Europa es muy parecida entre sí, pero al entrar en el continente olvidado todos serán negros y ella el centro de atención, la diferente.

Habla un perfecto inglés y un castellano suficiente para entendernos, además de portugués. Trato de aprovechar para ejercitar mi discurso anglosajón que continúa tan horrible como siempre, pero que también resulta suficiente.

Me cuenta su historia y yo la mía que no es tan espectacular, pero ella, porque realmente lo piensa o por educación, me dice que le parezco muy valiente y que lo que estoy haciendo es excepcional, que muy poca gente lo hace en mi situación. Algún día escribiré sobre ello.

Hablamos de la fugacidad de la vida, de su irrelevancia, de la importancia de la actitud en la vida (actitude, que debo pronunciar fatal, porque le cuesta un par de veces entenderme), de cuánta gente se habrá sentado en ese mismo banco antes que nosotros, ese asiento insignificante que seguirá allí cuando nos hayamos muerto.

¿Qué importancia puede tener entonces, qué sentido, el continuar con una relación sin pasión, cuando dentro de dos días yaceremos todos bajo tierra? Esa es mi pregunta, no la suya.

Le pregunto su nombre sabiendo que más tarde escribiré sobre ella y además, como si le importara lo más mínimo, se lo cuento. Le alargo la mano y me la estrecha.

Le recomiendo introducir la maleta hasta el fondo del maletero del autobús, para evitar que el ladrón de turno se encapriche de tu equipaje.

Me augura un buen futuro y me desea amor entre risas. Pese a que me hubiera quedado hasta que el autobús partiera y quizá un poco más, pongamos hasta Lisboa, me muerdo el corazón y me despido con la excusa de que me cierran el kebap, cuestión que en aquel momento me importa un pimiento aunque mi estómago ruja como un león. Me muerdo también la lengua para no preguntarle por su email o por su teléfono. No nos volvemos a tocar, simplemente nos despedimos con la mano antes de que me pierda tras la esquina.

¿Qué sentido tiene aferrar su presencia por agradable que sea si en dos días yaceremos todos bajo tierra?

Me recuerda la canción de Sabina que dice "Cada vez que se encuentran dos caminantes..."

La intuición, la estupidez y el morro me han llevado a entablar conversación con ella. Curiosamente su historia ha reforzado la mía, mis ganas de vivirlo todo, con calma y libertad.

Quizá esté solo en mi viaje, pero no soy el único que ha emprendido esta aventura.

Buena suerte Careline, hasta nunca.

viernes, 7 de septiembre de 2007

idea23: escribe una carta

La idea no ha sido mía, pero me hace la misma ilusión, porque ahora me toca a mí. En mi nuevo hogar hay un buzón al que no le hacía demasiado caso hasta ahora, pero el último caballero ha decidido escribirme una carta en papel, si de las de antes, de esas a boli y con sello, tan personales, con aroma y sentimientos.
Y no es que viva en una torre porque tiene email y lo domina, pero ha querido dejar a un lado la tecnología para demostrame que también ésta tiene su lado oscuro, y mostrarme lo que un correo electrónico no puede suplir.
Hace ilusión abrir el buzón y encontrar una carta para ti.
Ya os diré si enviarla es igual de emocionante.

Zorionak Amoña

"El 7 de Septiembre es nuestro aniversario", decía Mecano en la radio a las 07:30 en cadena cien. Esa canción para mí, además de devolverme a un pasado cercano, me sirve de recordatorio para algo que en realidad nunca se me olvida, el cumple de Maria Concepción García, que ostenta el nada desdeñable título de "abuela de Adrian", aunque yo siempre la llamaré, amoña.

La pobre lleva unas semanas un poco malas a causa de un herpes que le tiene comida la tripa, un poquito la moral y un metámero (nervio) que le deja dolorida toda la parte izquierda del cuerpo.

Pero es dura como una roca y poco a poco sale adelante, con el cariño incondicional de su hijo y alguna droga legal que le ayuda a sobrellevar el dolor.

Ya hemos hablado por teléfono y mañana le llevaré su regalo, si es que consigo cargarlo en el tren. Otro día os cuento lo que es y porque le gusta tanto.

¡Primer día de atletismo!

Quizá el título sea algo pretencioso, teniendo en cuenta que no he corrido más de 40 minutos en total, pero ha sido realmente agradable.

Tras estudiar tres horas y media he rodado unos minutos disfrutando de los árboles, del cielo azul y el sol en lo alto, con un viento fresco ideal para correr.

Al llegar al parque, donde la media de edad rondaba los 80 años contándome a mí, me sentía tan bien que he decidido saltarme las semanas de acondicionamiento y comenzar con la segunda fase: las series de velocidad.

Unos trotes, progresivos e incluso sprints...todavía no me creo que la rodilla no me haya dolido lo más mínimo. A este paso podré cumplir mi sueño de volver a una carrera con el fin de quedar al menos, el penúltimo.

¡Qué bien sienta el ejercicio al aire libre!

A puntito de no entrenar

A puntito estuve de no ir a entrenar. Una carta me cambió el ánimo en un momento, me dejó algo descolocado y durante un rato no sabía qué hacer de la tarde de ayer.

Mientras mi cabeza me jugaba una mala pasada, metí la ropa del gimnasio en la mochila como un autómata y bajé las escaleras que me llevan hasta el ángel que te da la llave primero, al vestuario dondo todo son risas, después.

Una hora y media más tarde salía de allí con la mente renovada y el cuerpo agotado por una buena sesíón de pesas, listo para cenar, escribir un poco y caer rendido en brazos de morfeo.

jueves, 6 de septiembre de 2007

idea22: revivir y la ansiedad

No estamos preparados para discutir, para llevarnos un disgusto, de manera que hay mil circunstancias que pueden sacarnos de nuestras casillas y agriarnos el humor.

Es verdad que en ocasiones necesitamos hablarlo, se supone que para desahogarnos, pero hasta donde yo alcanzo, eso sería cierto en la medida que lo hagamos de manera que nos conduzca a una conclusión o simplemente a confrontar nuestra postura con la persona de confianza elegida.

El problema es que eso no es lo que suele suceder. Tras vivir una experiencia desagradable nos dedicamos a revivirla una y otra vez, crearnos una ansiedad considerable pensando en lo que le tenía que haber dicho, lo que le diría si me dijera...y nos controlamos tan poco en esas situaciones que la sangre se nos escapa de la boca y acabamos hablando del tema con las personas menos indicadas, aquellas a las que no les interesa el tema ó que lo usarán en tu contra.

Además, se trata de un círculo vicioso en el que cada vez te enfadas más, sacas las cosas de contexto, la ira se autoalimenta y llega un momento en el que pierdes la perspectiva y tus reacciones corren el riesgo de ser desproporcionadas y perder la razón que quién sabe, pudieras tener.

idea 21.4: siempre paciente

Todo lo dicho a lo largo de la idea 21 podría desembocar en una personalidad demasiado absorbente, que no deje hablar a los demás, que tomé para si todos los momentos, que acapare el protagonismo y como consecuencia directa, harte a los demás y a sí mismo.

Por todo eso (que en este blog no nos dejamos ningún fleco y si no para eso están los comentarios), sin dejar de estar aquí, ahora y en primer plano, hay que hacer hincapie en la paciencia. Respiro profundamente, escucho, lo filtro, desarrollo la idea, el porqué de lo que ha dicho, si se refería a mí o realmente pensaba en otra persona, si está enfadado por otra cosa, si es disléxico...antes de saltarle a la yugular como una fiera o de hacerse mala sangre, dedicándole nuestros peores pensamientos.

Y es que no sé los demás, pero yo me precipito muchísimas veces, me acelero por cuestiones sobre las que una vez que he reflexionado, no parecen tan importantes.

Esta idea se refiere a minimizar daños durante el proceso de comprensión de tu entorno.

Aunque no sea fácil, el primer paso de casi todo suele ser intentarlo.

idea21.3: Siempre en primer plano

En realidad la idea mantiene una misma linea que sus predecesoras.

Consiste en no apearse del presente, en no quedarse detrás del grupo, emborronado como si te faltaran L-casei inmunitas. Hay que aferrarse al timón, participar en la conversación de la que ya estabas desconectando, aunque sea escuchando, estudiando sus comportamientos, lo que más te divierta, pero no simplemente esperando.

Porque esperando, esperando, la vida se nos va volando.

idea21.2: vivir aquí y ahora (II)

No sé si le ocurrirá a todo el mundo, pero yo tengo una capacidad innata para tener la cabeza en un espacio y un tiempo distinto a aquel en el que se encuentra mi cuerpo físico. Vamos, que siempre estoy en las nubes, recordando lo mejor del pasado, soñando con un maravilloso futuro...mientras el presente se me escapa un poquito.

Hasta los que tenemos la cabeza llena de pájaros nos aburrimos de esa actitud de vez en cuando y queremo caña de la buena, en el mundo real, dónde todo es más arriesgado, peligroso, lleno de olores, sabores y miles de actores con comportamientos impredecibles.

Tratar de estar aquí y ahora, en lugar de huir del momento que nos resulta aburrido, tratar de convertirlo en algo entretenido y ya puestos, divertido y emocionante.

Pero en principio, con que no resulte insípido me conformaría.

idea21: vivir aquí y ahora

Me parece mentira que no lo haya escrito antes, he tenido que repasar cada una de las ideas de estos días por si acaso.

La semana pasada vio la luz la siguiente frase, en la que se sintetizan cuatro ideas que había ido forjando y que orientan mi comportamiento en el día a día.

"Estar aquí y ahora, siempre en primer plano, siempre paciente".

  • No mirar el reloj a las cinco, pensando en el lugar al que deseas huir a las 7.
  • No vivir el miércoles como si fuera el día que hay dos antes del viernes.
  • No a quedarte en un segundo plano, dejándote arrastrar por los demás, como si ese momento no te perteneciera.
  • No a precipitarte, tomándote tu tiempo antes de actuar.

Los agrupo porque así nacieron en mí, las cuatro ideas en una, pero puede que cada una se merezca un poco más de atención.

A escena

Me acabo de dar cuenta de que estoy en uno de mis sueños.

Innumerables películas comienzan con el inexperto protagonista abandonando su pueblo natal para ir a la ciudad en pos de sus sueños. Alquila un pequeño y destartalado apartamento, se le ve ilusionado a pesar de las incomodidades y poco a poco la gran urbe se cierne sobre él ó sobre ella, poniéndolo en apuros de los que termina por salir airoso, con alguna valiosa amistad y un amor que se impone a todos los peros, por lo menos hasta el fin de la película.

Muchas veces he soñado despierto que era yo el que se encontraba en una ciudad completamente desconocida, ocupando un pequeño apartamento, sin más compañía que una máquina de escribir, sin más armas que mi ingenio y mis ganas de vivir.

El lugar en el que vivo no tiene ninguna pega, es amplio, dispone de todas las comodidades imaginables, incluida internet y gozo de una intimidad plena. La ciudad no es del todo nueva, porque ya llevo un par de años aquí, pero aún me quedan rincones por descubrir, y algunos en los que deseo profundizar.

En realidad el nuevo soy yo, que lo miro todo con otros ojos, que me siento diferente y es que mi situación personal ha cambiado de tal manera, que me ha transportado al principio de una de esas películas.

El decorado puede haber sido parecido en alguna ocasión, pero hasta ahora no había reparado en cuál era mi papel.

Os dejo que me llaman a escena

idea20: aprender a retirarse a tiempo

Escribo esto en el momento en el que han pasado exactamente 64 minutos desde la hora límite que me estipulé hace tres días para acostarme entre semana. En realidad me parece un buen consejo para mí mismo en esta y otras causas.

Lo primero que me viene a la cabeza son las salidas nocturnas, cuando te niegas a aceptar que la noche ha terminado y no dará más de sí, pidiéndote otra copa que te atonta, que ya no te da ninguna clase de puntito y dedicándote a cerrar los bares uno tras otro, hasta que llegas a casa empobrecido, rebosante de alcohol que te sobrará mucho más al día siguiente, queriendo recuperar unas horas de sueño que ya se han ido.

Y lo mismo puede aplicarse al ligue, al tonteo. Pero sobre eso se puede escribir largo y tendido.

Merece su propia sección.

Ahora toca retirarse a la cama

idea19: reducir la producción de basura

Llevo unos días viviendo solo y he comenzado a fijarme en algo en lo que no había reparado nunca: la basura.

Cuando pertenece a varios personas, uno no se da cuenta de cuál es la parte exacta que le corresponde y no es consciente de la suciedad que produce.

El domingo estuvieron mis padres conmigo, comimos juntos y para el lunes tenía la bolsa hasta arriba de envoltorios y desperdicios. La llevé hasta el cubo pensando que era totalmente excesivo y en los días siguientes, he reparado en la basura que iba produciendo, he pensado en ello y he comenzado a reparar en determinados productos cuyo uso es fugaz y son casi todo envoltorio.

Los yogures y el queso de burgos, por ejemplo, traen un cartón por encima, que no vale para nada, que desprendes en cuanto quieres comerte uno, luego está la tapa, el propio yogur...es exagerado.

Es asombroso que casi toda la basura sea de ese tipo, que apenas haya residuos orgánicos, por eso no pesa, pero ocupa y contamina sobremanera.

Parecerá una tontería pero en estos dos días no he llegado al tercio de la bolsa de basura y me siento mucho más limpio, como si la basura que produzco continuara siendo mía después de que se llevaran al container .

¿Pero a dónde se la llevan?¿ no os parece increible que la mayoría de los recipientes que usamos continúen en la tierra mucho más tiempo que nosotros mismos?

Imagino que de pronto, llegas a casa y te devuelven toda tu basura, la que has producido por ejemplo, durante el último año. Se trataría de cientos de kilos putrefactos, que en este instante, simplemente están en otra parte, pero continúan ahí.

idea18: Flexibilidad, flexibilidad y flexibilidad

Cuando uno se encuentra con ganas de mejorar su vida y comienza a pensar en buenas ideas, en aplicarlas, se planifica las rutinas de entrenamiento, de higiene, maneras de no perder el tiempo, de huir de las ideas parasitarias, de asentar buenos habitos...quizá lo más importante de todo, lo que marque la diferencia entre convertirse en una persona obsesiva por controlarlo todo y por tanto infeliz y una persona relajada que disfruta de cada día, pueda residir en una palabra:

FLEXIBILIDAD

Porque aunque te hayas propuesto cualquier meta, no pasa nada si no la cumples, si hoy no entrenas a pesar de que era el día fuerte, si te hinchas a comida basura en lugar de lo que sabes que te convenía, si te vas a la cama mucho más tarde de lo que te habías prometido (en mi caso las 23:30 y creo que no lo he cumplido un solo día), de verdad, de verdad de la buena que no pasa absolutamente nada.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Higiene por decreto

Pocas cosas encuentro más desagradables y frecuentes que la falta de higiene.

Mentiría si dijera que entiendo lo más mínimo a las personas que no se duchan cada mañana, aduciendo que prefieren ducharse por la noche, debido al frío, a que al despertarse están demasiado dormidos, que prefieren estar ese poquito más en la cama...que no, que no me convencen.

En la cama pasamos una media de 8 horas en las que apenas nos movemos tapados hasta arriba, con un pijama que podemos vestir varias noches seguidas, sudando. Y todo esto sin tener en cuenta aquellas personas que viven en pareja y que presumiblemente hacen el amor.

Lo he comprobado en diferentes ocasiones. Pasan los días y el pelo de ciertas personas continúa sucio, huele a no haber pasado por la ducha y una de dos, o no hacen el amor asiduamente o son verdaderos gorrin@s.

Siento ser vulgar y directo, pero de verdad, insisto en que no lo comprendo. Entiendo que hay gente a la que le huele el sudor de forma exagerada, los pies, el aliento, pero hay un olor diferente, profundo, arraigado a ciertas pieles, un olor viejo, que puede obligarte a bajar una parada antes en el metro ó en el bus.

Encima es un tema tabú, porque por mal que huela no puedes decirle a quien tengas al lado, a no ser que os una la más inquebrantable de las amistades y lo hagas con la mejor de tus sonrisas, que huele mal, que por favor se duche o se lave los dientes.

Y como no se comenta nadie piensa que es él ó ella quién huele. Siempre son otros. No relacionan la falta de higiene con el olor, porque no se huelen a sí mismos, porque ni siquiera sus parejas, sus amigos, se lo dicen.

Hay hasta quien se pavonea, quién defiende que con comer una manzana es sufiente para la higiene bucal, que el desodorante irrita la piel y daña el medio ambiente y que ducharse a diario provoca dermatitis.

¿No nos obligan a vestirnos?

Pues ya de paso que nos obliguen a lavarnos.

Pero si es lo mejor de la mañana, después te sientes fresco, limpio, despierto...

Además creo que es un gasto de agua del que nos podemos hacer cargo.

¡Higiene por decreto!


idea18: para los días difíciles

Esta entrada surgió en su momento pensando en cómo superar los primeros días tras una ruptura, en las que todo parece doloroso e irreal, como si la realidad permaneciera igual y a la vez fuera muy diferente, compuesta por los mismos elementos pero carente de sentido.

Desde que escribí por primera vez esta entrada he pasado por un par de rupturas más y aunque los primeros sentimientos no son para nada agradables, si pudiera viajar en el tiempo me diría a mí mismo que no hiciera caso de mi cabeza esos primeros días. Que llorase cuando tocara y que tratara de tomarme las sensaciones como si de una gripe se tratara, exigiéndole menos a la cabeza y al cuerpo, o más progresivamente, pero sin prisas. Porque el agujero parece muy profundo al principio pero si simplemente seguimos adelante a medio gas, poco a poco las sensaciones mejoran, las preguntas obtienen respuesta, no por mucho pensar, sino por el mero paso del tiempo.
Tengo un momento grabado en el que me sentía muy mal y solo andar en bici me calmaba, por lo que iba despacio para alargar la sensación agradable. Ninguna de mis reflexiones anteriores me sirvió para calmar mi dolor, solo pedalear con la cabeza en blanco, ocupada en el ejercicio sencillo, suave y repetitivo.

idea17: Primero la obligación, después el placer

Supongo que es algo que hacemos todos, dejar lo que más pereza nos da para el final. Pero día tras día me doy cuenta que cuánto más retraso determinadas obligaciones, más me pesan, porque no dejo de pensar en que las tengo que hacer y es como hacerlas en tu cabeza una y otra vez, sin ningún beneficio.

Creo que una vez comprendido que una acción que no nos agrade demasiado es inevitable, la mejor opción es realizarla cuanto antes y quitárnosla de encima.

Hoy lo he hecho de esta manera y el placer me ha encontrado al final del día, con el deber cumplido y la cabeza ligera.

idea16: dejar de perder el tiempo



En España funcionamos como en otras cosas, diferente al resto del mundo. Aquí priman las HORAS que dedicamos al trabajo y no el RENDIMIENTO. Y es algo tan arraigado en nosotros que aunque no tengamos al jefe al lado muchas veces no cambiamos la filosofía de trabajo.

Un día me dio por calcular el tiempo que realmente dedicaba a trabajar en el trabajo y descubrí que era un porcentaje más bien pobre. Apunté las horas que había dedicado a lo importante, a lo inevitable (como papeleos y esas cosas que van surgiendo) y literalmente a perder el tiempo. Este último bloque constituía casi un tercio de la jornada! me quedé alucinado.

Al día siguiente estaba completamente decidido a cambiar los porcentajes y en una semana lo conseguí. Me pasó que para media mañana había rendido más que lo que conseguía antes en toda la jornada. Eso me permitió plantearme el reducir mi horario, dejar de trabajar los fines de semana y poco a poco, acotar el tiempo que dedicaba al trabajo.

De esta forma, aumentó mi tiempo libre, el descanso, pude cultivar las aficiones y llegar al día siguiente con las pilas cargadas.

Es una parte de nuestra cultura contra la que merece la pena revelarse.

Foro: El dios de las pequeñas cosas

Este libro me trajo de cabeza en su día, porque me lo recomendó una persona en cuyo buen criterio literario confiaba ciegamente, lo que hizo que a pesar de que no consiguiera meterme en la historia continuara leyéndolo, hasta que a falta de unas 100 páginas me rendí y pensé, que si no me había enganchado ya no iba a conseguirlo.

Lo peor de todo es que pensando que quizá no hubiera elegido el mejor momento para leerlo, se lo recomendé a su vez a otra persona, a la que tampoco le gustó. Más tarde me dijo que no volvería a confiar en mi criterio y cuando le mentí (lo confieso) diciéndole que me habría entendido mal, que a mí no me había gustado, la vi respirar tranquila como yo lo hago hoy al descubrir la mentira de quien me lo recomendó a mí.

Veamos, no es que el libro tenga nada de malo. La ambientación es exótica, los personajes están bien construidos, te muestra la la cultura india, la vida de una familia de allí...pero es que es tan descriptivo, se va tanto por las ramas y utiliza tantas comparaciones que al final dices "vale sí, entiendo que en aquel momento estaba lloviendo ¡Dime lo que paso luego!"

Pero quién sabe, quizá me esté ganando la enemistad de alguien que disfrutó de verás con él.

Me encantaría recibir una contestación a este respecto, sea a favor o en contra.

Cocina la mitad de la mitad

Es algo tan práctico como sencillo. En lugar de hacer dos platos para cada comida, haz uno solo. Y si en lugar de cocinar para uno, añades lo suficiente para dos raciones, puedes tener para el almuerzo y la merienda, para la comida o la cena, para la cena de dos días...

En realidad no repites porque cada día puedes hacer algo diferente y te pasas un cuarto del tiempo en la cocina.

También existe la posibilidad de cocinar un día a la semana y congelar, envasar al vacío la comida, asunto en el que ya profundizaremos, porque no a todos los alimentos les sienta igual de bien la congelación, y soy partidario de ingerir alimentos frescos en la medida de lo posible.

idea15: la tercera libreta ó el consejo de Einstein

El otro día comentaba lo eficaz de disponer de un par de libretas para apuntar aquellas ideas que no quería que se escaparan (idea5). Bien, lo he probado y funciona tan bien que he decidido colocar una tercera libreta, o una hoja en mi mesilla de noche.

Es curioso, pero basta que decidiera dejar el trabajo fuera del dormitorio, para que sea allí donde me llegue más claramente la inspiración. Al disponer de una hoja y un boli junto a la cama, no tengo más que apuntar la idea y así dejo de pensar en ella, sin miedo a que se me olvide.

Es como si descargara la información desde mi cabeza al papel, para no sobrecargar mi disco duro.

Albert Einstein dijo una vez que se negaba a aprender de memoria nada que pudiera apuntar, de manera que siempre llevaba consigo una pequeña libreta donde escribía desde números de teléfono hasta cualquier cosa que no exigiera comprensión, tan solo memoria.

¿por qué hay que trabajar?

El rector de la prestigiosa Universidad de Harvard recomienda a los jóvenes que antes de incorporarse a la Universidad se tomen un año sabático, para viajar por el mundo y conocer otras culturas.

Esto me ha hecho reflexionar. El primer requisito es disponer de recursos económicos suficientes para llevar dicho propósito a cabo y aunque puede que durante el insitituto hayan trabajado con la idea de ahorrar para su año sabático, lo más probable es que el desembolso recaiga sobre sus progenitores, aunque no lo tengo del todo claro.

Siguiendo en esa línea pienso que por qué no van a poder disfrutar de ese año en el que no produzcan beneficios, aquellas personas a las que aguarda un gran futuro, por ejemplo en la mencionada Universidad y que con el tiempo, contribuirán más que de sobra al progeso de la ciencia, de las letras o de lo que sea.

Y volviendo a la tierra pero con esa idea en la cabeza pienso en cuál es la contribución que debe hacer cada uno de nosotros, para ganarse el pan.

La respuesta está clara. No tienes más que ir a trabajar cada día para que obtener algo de dinero con el que vivir.

Es una pena que no se haya planteado la cuestión de otra manera, que existan tantos trabajos en los que únicamente se está, perdiendo el tiempo más de la mitad de la jornada.

Se debe a la cultura de estar en el trabajo, de meter horas, más que de trabajar y de esta manera nos dedicamos cada día a malgastar un tiempo que no podremos recuperar.

idea14: STOP a las ideas parasitarias

Hay ideas que se te pegan a la mente como una lapa, ideas que te hacen daño, que se retuercen, se repiten. Son las ideas parasitarias. Aquellas en las que por mucho que pienses, por muchas vueltas que le des al asunto en cuestión no obtendrás una respuesta satisfactoria, solo más dolor.

Una vez reconocidas como lo que son, mi padre me enseñó un truco para eliminarlas, que tampoco debe de ser del todo suyo, lo que creo lo hace todavía mejor, porque los consejos que resisten el boca a boca suelen tener cierta calidad.

Consiste en lo siguiente: cuando la imagen mental o el recuerdo que te produce el malestar vuelvan a tu mente, visualiza una señal de STOP, sí, una señal de tráfico de las de toda la vida y repite con determinación STOP, STOP, STOP...hasta que la imagen desaparezca.

A mi me funcionó y me sigue funcionando. Hoy en día estoy tan acostumbrado a este ejercicio mental, que cuando una idea negativa acude a mi cabeza, la señal de STOP aparece como activada por un resorte y detiene mis pensamientos en esa línea, impidiéndome que los alimente y de esta manera se debilitan y mueren.

En "El monje que vendió su Ferrari", entre muchas frases destaca una especialmente valiosa que dice:

"O tu controlas a tu mente o tu mente te controla a ti".


Esclavos para niños

Cuántos de los balones, zapatillas...que utilizamos en el primer mundo están confeccionados en países como la India, por niños que trabajan veinte horas al día, montando juguetes que no pueden comprar, aunque eso no les preocupe, porque tampoco pueden comprar comida, ni educación, ni sanidad.

En navidades, ya en nuestro país, ese juguete cuesta más de lo que la mano de obra encargada de hacerlo ganará en un mes y cuando se le rompe un brazo, al muñeco ó al trabajador, se olvida en un rincón y se compra otro, antes de que los niños de aquí comiencen a llorar. De los de allí, cuanto más lejos mejor, nadie se acuerda.

Me aterra pensar que historias como las que leí hace un tiempo, en las que en los Juegos Olímpicos se negaban a publicitar grandes marcas como Adidas, por las condiciones de sus "trabajadores", sean ciertas. Y en el fondo, todos sabemos que lo son , aunque miremos para otro lado.

En su puesto de trabajo, los niños están dispuestos de tal forma que uno no puede levantarse, por falta de espacio, sin que los demás tengan que parar de trabajar. Por eso, porque la producción no puede esperar, en el mejor de los casos disponen de unos momentos al día para levantarse todos a la vez y hacer sus necesidades. Así día tras día.

¿Y si no puedes esperar, si no te aguantas? La respuesta es sencilla, se lo hacen encima.

Se imaginan qué ocurriría si se descubriera que en uno de nuestros colegios los niños se encargan de trabajar en estas condiciones, durante el tiempo que están ahí. La reacción del pueblo no tendría parangón.

Bueno pues eso ya está ocurriendo, no aquí, a unos centímetros en el mapa hacia el este y hacia el sur, donde las jornadas duran bastante más.

Al final volvemos a lo de siempre ¿quién es el culpable? es la pregunta que nos hacemos y lo que queremos escuchar es que son otros y no nosotros, los responsables de esta situación.

En parte es cierto, nosotros no esclavizamos a esos niños ¿o sí? no se necesita demasiada demagogia, ocurre igual que con las mafias de tráfico de mujeres.

Nosotros compramos el producto, en este caso las zapatillas, los balones, los juguetes y sin importarnos de dónde vengan o peor aún, pese a saber de dónde vienen.

Es la elección de cada uno, pero cuando estás comprando que sepas, que sigues eligiendo.

Esclavas en España

En España, en Euskadi, aquí. Actualmente miles de mujeres viven esclavizadas, sometidas a torturas físicas y psicológicas, aterrorizadas, obligadas a prostituirse bajo la amenaza de matarlas a ellas y a sus familias.

Las ves prostituyéndose en las calles de tu ciudad. La mayoría son emigrantes.

A las nigerianas les lavan el cerebro con el vudú y por traerlas aquí contraen una deuda que no terminan de pagar, no sólo están obligadas a prostituirse, si no que en los pisos en los que las tienen (porque no diría que viven allí, simplemente las hacinan), abusan de ellas, les dan palizas, les venden los productos que necesiten al cuádruple de su valor, privándolas de su libertad y arrebatándoles el dinero que han ganado con el sudor de su entrepierna.

Las provenientes de países del este no son víctimas de ningún tipo de magia, pero su reclutamiento tampoco es demasiado sutil. Los proxenetas pagan al maquinista del tren para que este pare la locomotora en una zona concreta entre dos paradas. Entonces unos hombres suben al tren y van seleccionando a las chicas y niñas que se llevarán en sus furgonetas. Por el camino las violarán al paso por cada país y serán obligadas a prostituirse.

Algunas asociaciones alzaron la voz intentando mejorar las condiciones "laborales" de las prostitutas, pero al menos éstas no son trabajadoras, no eligen prostituirse, son E-S-C-L-A-V-A-S, con todas las letras.

Con esta supuesta intención surgió ANECA, pero que raro y que pena que las cosas nunca sean lo que parecen. Los que están detrás de ella, son los propios dueños de los prostíbulos, los propios proxenetas, los traficantes de mujeres y para más inri, resulta que algunos de ellos son los representantes políticos de la extrema derecha más extrema, los mismos que en sus manifestaciones gritan lemas en contra de la inmigración, la misma con la que luego se nutren.

Si algún día vas a un puti, si claro a tomar algo, de risas con los amigos, o por una despedida de soltero, fíjate si el segurata de la entrada tiene la cabeza rapada, por ejemplo, si el puti tiene una placa de ANECA, si las mujeres son Africanas y de Europa del este.

Si te acuestas con esas mujeres secuestradas para tu disfrute estarás manteniendo el negocio, que no "oficio" en estos casos, más antiguo del mundo. Porque todas esas torturas, violaciones, secuestros, asesinatos (una de estas mujeres apareció descuartizada en 11 trozos hace un tiempo) se producen simplemente porque tu te vacías los bolsillos en el puti.

**Si a alguien le interesa el tema le recomiendo leer "El año que trafiqué con mujeres, de Antonio Salas**

Exceso de depresiones e insomnios

Hace unos años para un determinado sentimiento se utilizaba el termino tristeza, y la frase "estoy triste" ó "estoy un poco triste". La sensación remitía al poco o no, pero no era causa de mayor preocupación que la sensación en si misma, era algo tan natural como estar contento.

Hoy en día creo que en este aspecto se ha implantado un peligroso matiz. A los diferentes estados de ánimo, como a casi todo, se les ha puesto una etiqueta patológica. Por ejemplo uno ya no está triste, ahora tiene depresión, así de sencillo. Y no digo con eso que las depresiones no existan, desgraciadamente hay quien las sufre, lo que denuncio es la utilización del término depresión gratuitamente, convirtiendo a una persona que esté triste por un determinado hecho, en una persona enferma que ya tiene dos problemas: está triste y además está enferma.

Lo mismo pasa con aquel a quien le cuesta dormir, que enseguida sufre insomnio. Esa palabra me parece suficiente para no dejarte dormir en los siguientes días.

El convertir las sensaciones en enfermedades tiene dos consecuencias directas. La primera es que se vive el estado de ánimo como algo ajeno a nosotros, a nuestra responsabilidad, como una gripe y la segunda, derivada de la primera, es que la solución a dicho problema también ha de provenir de un agente externo, normalmente unas pastillas.

De manera que tras sentirse unos días algo triste o que te cueste dormir, te conciencias de que eres un enfermo, te olvidas de las causas y comienzas a buscar entre los productos de la parafarmacia o de las misma farmacia, donde se vende de todo y para todo y no estrictamente medicamentos, si no aquello que de dinerito.

Me atrevo a decir que muchos de esos productos que levantan el ánimo, no son más que placebos, pero en fin, también los están tomando quienes no están realmente enfermos así que podrían funcionar.

Entrenar en el día de descanso

Para los que hacen ejercicio a diario el día de descanso puede constituir un verdadero problema. Lejos de descansar, pueden llegar a sentirse más fatigados, e incluso un poco fuera de forma al volver a entrenar al día siguiente.

Hoy, cumpliendo con la rutina que me había marcado no debería de haber hecho NADA de ejercicio. Al principio he dudado si aprovechar que el trabajo me lo permitía para ir al judo, arguyendo que no era mala idea ponerme en forma más rápidamente para facilitar el mantenimiento cuando llegaran las semanas en las que no me fuera posible acudir a un solo entrenamiento. Pero lo he superado y me he quedado en casa.

Ha sido a última hora cuando casi sin darme tiempo para pensar me he puesto la ropa de correr y he salido a rodar por el parque. Entre que estaba oscuro y que no veo demasiado sin gafas cuando me paso todo el día frente al ordenador, ha sido una verdadera aventura, porque cada árbol parecía una amenaza y el temor me ha ayudado a correr a buen ritmo.

Apenas me he cansado y una vez en casa, tras hacer estiramientos me sentía renovado. De manera que creo que he aprovechado el día de descanso sin alterar en exceso su sentido.

Mi profesora e idea 13: a veces desde lejos se ve mejor

Era yo pequeño, creo que fue en quinto de EGB, cuando mi profesora le dijo a un compañero que no encontraba respuesta para el problema que tenía frente a él en la pizarra, que se alejara unos metros, que a veces desde lejos, se veía mejor.

Muchas veces me he acordado de aquel día y le he dado en silencio la razón a aquella mujer, Miren Arruabarrena, al comprobar en mis propias carnes como tras buscar la solución a un problema devanándome los sesos sin éxito, ésta ha acudido a mí como de la nada mientras corría por el parque, o como me ha bastado separarme un momento de alguien, para que la discusión que manteníamos como dos tigres enfurecidos pierda todo su sentido.

Por eso cuando algo se me atasca en la mente, en lugar de obcecarme, trato de liberar mi mente, de pensar en otra cosa y esperar a que el nudo se afloje.

En una película cuyo título no recuerdo, al final, el hijo de unos veinte años encuentra a su padre, un hombre solitario que vive tranquilamente en el sur.

A ambos les supera la situación de verse juntos y entonces el padre, que no parecía hasta el momento un hombre excesivamente sabio le dice: "cuando me sucede algo que no entiendo, simplemente cierro los ojos y me echo a dormir" y se duerme plácidamente en una mecedora en su terraza, con el atardecer al fondo.

Cuántas veces me ha servido ese consejo y hoy lo volveré a utilizar.

Acabo de recordar otra frase de aquella profesora, que en realidad pertenece a una alumna que tuvo y cuya respuesta le impresiono al preguntar en un examen qué era la carcel.

"son cuatro paredes que matan la libertad"

Quizá no sea ninguna maravilla, pero tiene algo que a aquella mujer le tocaba dentro.