A veces el amor ahoga. A veces se pierde el norte por el miedo a perder a quien amas.
Creo que le llaman celos ¿pero cómo llamarlo cuando no los centras en nadie en especial, cuando es un sentimiento que te angustia, una reducción repentina de tu mundo hasta solo ver a esa persona?
Entonces no sé los demás, pero yo me siento perdido y no sé qué hacer. Pruebo de todo hasta que por fin me siento a escribir. Comienzo por contar lo que me aqueja, lo que creo. Me dejo llevar por la poesía y al final, como de la nada, surge el consuelo.
Me ama, me lo ha demostrado toda esta semana cuando más lo he necesitado, todos y cada uno de los días.
Adiós fantasmas, adiós al egoismo. Ahora toca corresponderle, tratar de hacerla feliz y mira sin darme cuenta lo soy yo también.