Hace ahora tres años comencé de la noche a la mañana una rutina que me cambió la vida para mejor.
Y entre otras cosas me condujo a crear este blog.
El desencadenante fue la ruptura con mi novia de toda la vida, 9 años.
No quise quedar con nadie para hablar del tema y darle vueltas a algo que no las necesitaba.
Detuve el coche, lloré un buen rato sin pensar en nada.
Solo lloré y no lo volví a hacer hasta cierto tiempo después.
Decidí hacer aquello que me convenía sin pensar en ello, solo haciéndolo.
Una rutina sencilla, pues intuía que ni mi cerebro, ni mi corazón y por extensión mi cuerpo, estaban para muchos trotes.
Desde el minuto cero la rutina me hizo sentir bien.
Al principio fueron cosas sencillas, como levantarme de la cama casi de un salto sin pensar, sobretodo sin pensar.
Ducha, buen desayuno y al trabajo pensando en lo que tenía que hacer aquel día, en la mejor manera de llevarlo a cabo.
Entrenamiento físico sencillo, con música y centrado en lo que hacía.
Pronto me apeteció leer.
Mi forma de relacionarme cambió, para mejor.
Quizá porque no buscaba nada y eso me hacía más abierto a todo, al mismo tiempo que me sentía paciente, anclado en el presente y sin expectativas de futuro.
A los meses fui olvidando todo esto y volví a ser el de antes de comenzar esta rutina, con ciertos altibajos.
Hace un mes más o menos, volví a tocar fondo, sobre todo en tristeza.
Recordé lo que en su día me fue tan bien y comencé de nuevo, ahora incluso mejor, con algunas herramientas mentales aprendidas gracias a los últimos libros que me he leído.
Las sensaciones no fueron tan buenas al principio, quizá porque esta vez había mas barro que tragar, o porque las preocupaciones no eran tan tangibles ni tan obvias.
Pero he ido sintiendo esa sensación tan agradable de vez en cuando y hoy, hoy ha sido una culminación que no pienso detener.
Entre las cosas que he aprendido es a no hacer demasiados planes, a no apuntar las cosas y así haré, por lo que no creo que escriba aquí como la primera vez, de una manera tan regular y didáctica.
Si que recomiendo leer las primeras entradas, porque ahí están las cosas que a mí me fueron tan bien.
Es posible que las relea y que haga algún apunte.
Pero creo que casi todo está ahí.
Un abrazo.
martes, 15 de junio de 2010
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