Iba por la calle cuando a mi espalda oí una frase que motivó esta entrada:
- ...en esos países tampoco necesitas mucho...
"¿En esos países? Ni en este tampoco".-contesté mentalmente, mientras caminaba entre decenas de tiendas repletas de artículos inservibles.
Entonces pensé que iba a comprar SOLO lo que de verdad necesitara (cosa que más o menos ya hago).
Esta tarde he hecho una lista de la compra. Las cosas que cuando se agoten iré reponiendo, eso y nada más (los verdaderos caprichos son espontáneos y suelen encontrar su lugar).
¿Queréis saber cuáles son mis caprichos?
El lambrusco para una cena con mi chica, lacasitos o un huevo kinder para ver una peli y el siguiente...un edredón bajo el que desaparecer.
¿y los vuestros?
- ...en esos países tampoco necesitas mucho...
"¿En esos países? Ni en este tampoco".-contesté mentalmente, mientras caminaba entre decenas de tiendas repletas de artículos inservibles.
Entonces pensé que iba a comprar SOLO lo que de verdad necesitara (cosa que más o menos ya hago).
Esta tarde he hecho una lista de la compra. Las cosas que cuando se agoten iré reponiendo, eso y nada más (los verdaderos caprichos son espontáneos y suelen encontrar su lugar).
¿Queréis saber cuáles son mis caprichos?
El lambrusco para una cena con mi chica, lacasitos o un huevo kinder para ver una peli y el siguiente...un edredón bajo el que desaparecer.
¿y los vuestros?
5 comentarios:
Mis caprichos son...
Un trocito de chocolate para acabar la jornada, una cena especial para una velada especial en casa con vino incluido y un bol de palomitas calientes para disfrutar de una buena peli.
Qué poquito necesitamos para disfrutar eh?
Cyra.
que poquito y lo agusto que se esta con esas palomitas, que pueden acompanarse con lacasitos...
a tu velada le anadiria un paseo nocturno por calles vacias...
y hasta ahi puedo leer...
Me gustan también esos paseos nocturnos cuando parece que el mundo se hubiera detenido para que tú lo disfrutes sin límites...
Cyra.
Dos, tres, infinitas ciudades en una.
Calles que por el día o los fines de semana están abarrotadas de gente, de noche, entre semana, sobre todo cuando ha llovido a última hora y las aceras y los bancos están mojados, se presentan desiertas, perfectas para pasear escuchando un coche lejano, para contarse secretos que creíamos olvidados.
Es difícil no sentirse libre en ese paraje, con el viento invernal colándose por nuestras fosas nasales, directo al pecho.
Y soñar, imaginar, crear... Ante la íntima soledad de la noche y la discrección de sus calles oscuras, volar sin límites... Sin medida.
Cyra.
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