Otra forma de vivir

Hace poco que empecé a valorar la libertad en su justa medida. A disfrutar de pequeñas cosas que tiempo atrás me habrían parecido casi absurdas y desde entonces, siento que mi vida ha tomado otra dirección, la mía y día tras día hallo sorpresas que me hacen sonreir de la misma manera que los niños que me cruzo por la calle.

Me gustaría que este blog sirviera para compartir la alegría de vivir y contagiar esta extraña enfermedad que me aqueja al mayor número de personas posible. Iré colgando reflexiones sobre las historias más curiosas que me vaya encontrando, maneras diferentes de afrontar problemas comunes, cuentos ambientados en mundos que todavía no se han descubierto, truquitos para que la men sana se encuentre en un cuerpo igual de sano, frases de esas que funcionan a modo de pepito grillo y nos ayudan en determinados momentos, poesías y libros que me gustan, un poco de todo.

Quisiera no poner barreras a mis sueños,
quisiera ser un artista del vivir.

lunes, 18 de febrero de 2008

idea91 mi reino por un cacahuete

La hipoteca, el coche, ese trabajo que no nos gusta...

Es aquello que acaba con nuestra libertad...

Eranse que se eran, unos monos muertos de hambre que encontraron vasijas repletas de cacahuetes.

Metian la mano, asian los cacahuetes, pero las vasijas eran tan estrechas que con el puno cerrado eran incapaces de sacar la mano.

Se negaban a soltar los cacahuetes y asi, quedaron atrapados para siempre sus manos en las vasijas por un punado de frutos secos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una vez más me has hecho reflexionar.
Es cierto y no nos damos cuenta. De repente un día quieres una casa, tuya, de la que nadie te pueda echar y en la que nadie te pueda controlar, buscas la libertad.
Das el paso sin pensarlo demasiado y guiado por la ilusión de dar un nuevo paso en tu vida. Y cuando pasan unos años miras tu vida y la comparas con la que tenías antes de ese paso. Y de repente te das cuenta de que ese piso que te iba a dar la libertad te cortó las alas, te rodeó de gastos y te ha hecho quedarte en tu casa ya que la hipoteca y la subida de intereses te ha dejado sin un euro con el que poderte tomar un café.
De repente te ha quitado la opción de decidir lo que hoy haces, la opción de darte el capricho que mereces, la opción de compartir vacaciones con tus amigos, la opción de "improvisar" cada día con un nuevo plan. Y el único plan que te queda es sobrevivir, es aguantar en ese trabajo que detestas pero que te ayuda a pagar las deudas, es esperar al día 1 para comprobar el día 2 que ya no te puedes permitir ni un sólo lujo, es sonreir a pesar de todo por la suerte que tienes de poder mantener tu piso.
Hasta que un día te planteas... merecerá la pena?

Un abrazo.
Cyra.

Adrian dijo...

Hombre Cyra...

Sobre eso...la libertad, no se me ocurre nada más importante.

Vivir por debajo de las posibilidades económicas de uno puede hacerle flotar, o dicho de otra manera, no hacerlo puede darnos zapatos de cemento.

Y ya hay otras cuestiones que pueden borrarnos la sonrisa, no se lo pongamos fácil al dinero