Otra forma de vivir

Hace poco que empecé a valorar la libertad en su justa medida. A disfrutar de pequeñas cosas que tiempo atrás me habrían parecido casi absurdas y desde entonces, siento que mi vida ha tomado otra dirección, la mía y día tras día hallo sorpresas que me hacen sonreir de la misma manera que los niños que me cruzo por la calle.

Me gustaría que este blog sirviera para compartir la alegría de vivir y contagiar esta extraña enfermedad que me aqueja al mayor número de personas posible. Iré colgando reflexiones sobre las historias más curiosas que me vaya encontrando, maneras diferentes de afrontar problemas comunes, cuentos ambientados en mundos que todavía no se han descubierto, truquitos para que la men sana se encuentre en un cuerpo igual de sano, frases de esas que funcionan a modo de pepito grillo y nos ayudan en determinados momentos, poesías y libros que me gustan, un poco de todo.

Quisiera no poner barreras a mis sueños,
quisiera ser un artista del vivir.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Marina

Del mismo autor que la Sombra del Viento (Carlos Ruiz-Zafón), una historia diferente, con el mismo sabor, más agridulce si cabe.
La leí temeroso de que manchara el recuerdo tan maravilloso que guardo del anterior libro, pero no me defraudó. Quizá se note que lo escribió antes, por la repetición de algún recurso literario, pero cuando la historia es buena, lo demás no es tan importante.
Se lee en un suspiro, apenas tiene 300 páginas y no soy el único que ha confesado haber llorado leyéndolo.

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