Otra forma de vivir

Hace poco que empecé a valorar la libertad en su justa medida. A disfrutar de pequeñas cosas que tiempo atrás me habrían parecido casi absurdas y desde entonces, siento que mi vida ha tomado otra dirección, la mía y día tras día hallo sorpresas que me hacen sonreir de la misma manera que los niños que me cruzo por la calle.

Me gustaría que este blog sirviera para compartir la alegría de vivir y contagiar esta extraña enfermedad que me aqueja al mayor número de personas posible. Iré colgando reflexiones sobre las historias más curiosas que me vaya encontrando, maneras diferentes de afrontar problemas comunes, cuentos ambientados en mundos que todavía no se han descubierto, truquitos para que la men sana se encuentre en un cuerpo igual de sano, frases de esas que funcionan a modo de pepito grillo y nos ayudan en determinados momentos, poesías y libros que me gustan, un poco de todo.

Quisiera no poner barreras a mis sueños,
quisiera ser un artista del vivir.

sábado, 24 de noviembre de 2007

Anónima...

No sé cómo encontraste este rincón de palabras perdidas, ni recuerdo cuál fue la primera vez que te dejaste caer. Podría volver a mirarlo pero hoy no lo haré.

Cuando alguien comienza un poema y lo lanza al vacío no sabe quién lo leerá.

Un amigo me confiesa que la página ha ido evolucionando, que cada vez se parece más a mí, a cómo soy, a cómo siento. De alguna manera se han ido reflejando mis subidas y bajadas, mis idas y venidas.

Al leer tus últimos comentarios, los que contesto desde aquí, me he dado cuenta de que ambos estamos creciendo mientras se suman las palabras, seguimos viviendo, días mejores, otros peores, decisiones, dudas, temores.

Tu silencio sigue al mío.

No me entorpeces, enriqueces mi camino. Me obligas a esforzarme, le das una vuelta de tuerca a mis pensamientos y yo le doy la segunda en mi cama.

Cuando quieras volver a escribir aquí estaré

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Recargada de fuerzas, con el corazón sanado y mi vida clara vuelvo a tu rincón.
Quizá vuelvo antes de lo que esperaba pero sin duda he vuelto cuando he querido.
He solucinado cosas pendientes, he hablado con mi interior, he discutido ,me he enfadado y por fin me he vuelto a reconciliar conmigo misma. Vuelvo a tener claro lo que tengo, lo que quiero. lo que deseo y lo que soy. Vuelvo a poder soñar.
Ha sido una buena cura de autoestima y seguridad.
Sobre tus palabras... Es cierto que mi silencio sigue al tuyo, y mis dudas y mis palabras... por eso estoy tan unida a esta página.
Ya estoy de vuelta.

Adrian dijo...

Te contesto cada opinión y esta aunque con retraso, también.

Estás compartiendo conmigo la parte más intensa de mi vida hasta el momento y por cierto, la más bonita.

Algún día me dirás tu nombre para que cuando escriba algo pueda dedicártelo.

Hoy he sido yo el que se ha reconciliado con su interior, aunque tengo que confesarte y confesarme, que mi estado de ánimo depende mucho del de otra persona. Me doy cuenta poco a poco y más que revelarme trato de admitirlo y minimizar daños.

Hay mucho que quiero contar y que cuento entre lineas, la mayor aventura de mi vida, que siga, que siga.

Un abrazo anónima.

Anónimo dijo...

Hoy he decidido ponerme nombre, parece que no soy la única persona que escribe sin identificarse y no quiero que haya confusiones. Últimamente te tengo un poquito abandonado pero prometo volver con las pilas cargadas cuando acabe el ajetreo navideño.
Un abrazo.

Cyra

Adrian dijo...

Hace días que leí este comentario pero no he tenido tiempo ni de contestar. Si que hay confusiones, ya que gente conocida tampoco deja su nombre, todos creen que sé distinguirlos y no es así ni un poco.

Encantado Cyra.