Últimamente escribo casi exclusivamente pidiendo perdón por no escribir y hoy también va a ser un poco así. Estas semanas mi vida se ha acelerado hasta límites insospechados, olvidando descansar lo suficiente, perdiendo quizá mi antiguo norte, el que ahora trato de recuperar pero no es fácil. Hoy otra vez, no escribo para mí, ni para todo el mundo, te escribo a ti, anónima, para decirte que no es que no tenga qué escribir, si no que los pensamientos que rondan mi cabeza no tienen lugar en este blog. Algún día entenderé lo que está ocurriendo, podré clasificar mi repentino exceso de sensibilidad.
Son muchas las cosas que me callo esta vez.
El tono ha cambiado, puede que porque yo también me siento diferente.
Este lugar me relaja y prometo volver a él, como la persona que lo inició.
Esta noche me callo mucho, algún día lo escribiré.
Son muchas las cosas que me callo esta vez.
El tono ha cambiado, puede que porque yo también me siento diferente.
Este lugar me relaja y prometo volver a él, como la persona que lo inició.
Esta noche me callo mucho, algún día lo escribiré.
2 comentarios:
Buenos días,
lo primero que quiero decirte es que no es necesario que me pidas disculpas ya que no me gustaría que escribieras por la obligación de cumplir. Lo cierto es que te he echado de menos pero eso no es malo... La sensibilidad que aflora en ti no sé yo tampoco a qué puede ser debida ya que no conozco cada uno de tus momentos pero supongo que será parte de otra fase en esta historia, tu historia. Y no quiero que olvides esto, esta es tu historia y no quisiera cambiarla por mis aportaciones, sólo enriquecerla si estuviera en mis manos.
Quisiera poder hacerte reir o aunque sea sonreir aunque es complicado sin conocer tu estado... Yo seguiré visitándote cada día, dejo en tus manos la elección del momento en el que te apetezca compartir todo eso que sientes y vives. Pero no te preocupes por mí, te mereces toda tu atención, no la malgastes.
Quiero que sepas que apoyo también tu silencio ya que este es otra forma de hablar.
Y por último, te envío un abrazo muy fuerte que te haga sentir un poquito protegido cuando lo necesites.
¿Todavía guardas mis fuerzas?
Guardo tus fuerzas, las siento en el aire y las aspiro del viento y como siempre es ahora cuando más las necesito.
El silencio va quedando atrás, ha sido otra fase y me parece que ya estoy en la siguiente, en la que puedo ir comprendiendo la anterior y volver aquí, a este oasis, a intentar aprender y relajar la boca del estómago.
La vida es la ostia, siempre se está empezando...
Nunca dejaré de tener la mente y los ojos abiertos, aunque a veces duela.
Y ahora a seguir viviendo...
Publicar un comentario