Otra forma de vivir

Hace poco que empecé a valorar la libertad en su justa medida. A disfrutar de pequeñas cosas que tiempo atrás me habrían parecido casi absurdas y desde entonces, siento que mi vida ha tomado otra dirección, la mía y día tras día hallo sorpresas que me hacen sonreir de la misma manera que los niños que me cruzo por la calle.

Me gustaría que este blog sirviera para compartir la alegría de vivir y contagiar esta extraña enfermedad que me aqueja al mayor número de personas posible. Iré colgando reflexiones sobre las historias más curiosas que me vaya encontrando, maneras diferentes de afrontar problemas comunes, cuentos ambientados en mundos que todavía no se han descubierto, truquitos para que la men sana se encuentre en un cuerpo igual de sano, frases de esas que funcionan a modo de pepito grillo y nos ayudan en determinados momentos, poesías y libros que me gustan, un poco de todo.

Quisiera no poner barreras a mis sueños,
quisiera ser un artista del vivir.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

El poder destructivo de un recuerdo

Hay que ver como una fragancia o una simple palabra, pueden hacer que toda nuestra grandeza desaparezca y no nos quede nada más que esconder la cabeza entre las manos, vapuleados por un recuerdo.

Esta vez ha sido pensar en la palabra "transparente".

Solo una persona en este mundo comprende el significado que esa palabra tiene para mí.

Cuando el pasado y el presente se chocan de esta manera me quedo sin habla, sin frase mágica que me devuelva al momento inmediatamente anterior en el que sabía dónde estaba.

Quizá sea momento de echarse a dormir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Sabes lo mejor que puedes hacer en un momento como este? Llorar. Llora todo lo quete haga falta hasta que vuelvas a renacer y a sacar algo positivo de este momento.
Quizá sea un buen momento para explicar a alguien el significado de esa palabra, tu palabra. Y así poder pensar en alguien más cuando la recuerdes.
O quizá sea la palabra que te mantendrá unido a ese recuerdo que ahora te hace llorar pero que un día recordarás con una sonrisa y quizá algo de añoranza.
Pero sea lo que sea saca a través de esas lágrimas toda tu tristeza, disfruta de la sensación de sentirlas caer por tus mejillas y cuando sientas que ya no sale nada más siente el vacio de tu tristeza y vuelve a renacer. Te volverás a sentir fuerte, volverás a sonreir.
Y ahora sólo te deseo unos sueños muy dulces. Descansa. Un fuerte abrazo.

Adrian dijo...

Llorar...desde luego para sonreir ante ese recuerdo es un poco pronto, pero todo llegará.

Para llorar soy algo complicado (y llorón), pues las lágrimas acuden a mí en los momentos más absurdos, en los más inoportunos, mientras como en compañía y una conversación me acerca a otra época, o una fragancia y sobre todo con ciertos libros, películas y canciones. Es como abrir un grifo que no puedo parar.

Sin embargo, cuando se trata de un "problema real" por decirlo de alguna manera, es difícil que me ponga a llorar. En ese caso suelo llorar más por alegría, por tristeza hay pocas cosas (afortunadamente) en este mundo (en el tangible) que puedan arrancarme alguna lágrima.

Hoy por hoy desvío mi atención del pensamiento que me entristece y trato de no darle más importancia a la sensación, que la que le doy por ejemplo, a algo que me arranca una carcajada.

Transparente...alguien en su día al definirse, al decir cómo era conmigo esa fue la palabra que acudió a su cabeza y la que escribió, acompañada de una foto en la que su mejilla tocaba una árbol y miraba al objetivo con una mirada que decía que era totalmente transparente. Esa palabra me evoca un amor total, indestructible y que sin embargo, ya no existe. Ahora ya sabes lo que significa transparente para mí.

Descansaré. Gracias.