Últimamente lo hacía inconscientemente, pero fue una amiga el otro día la que me hizo caer en la importancia del hecho. También se sumó el comentario de mi padre sobre aquellas personas que trabajan en un mostrador y que los que pasan cada día no ven, como si fueran invisibles. Personas que en su puesto del trabajo no tienen ni un segundo de intimidad, con lo que supone eso.
Aran me dijo que le parecía muy importante relacionarse con esas personas que en realidad forman parte de tu vida. No sólo por los favores que te puedan hacer, si no porque están ahí, a tu alrededor, compartiendo espacio y horas junto a ti, pero a la vez es posible que su visión de la vida, sus problemas, sean completamente diferentes a los tuyos, lo que te puede hacer a su vez mirar tu existencia con otros ojos, relativizar tus problemas.
Siempre estamos más dispuestos a escuchar a Platón, pero a veces la señora de la limpieza, que tiene nombre (Loli en la resi y Yoli en la uni), a veces está más cansada, no le renuevan, que si no puede coger la baja, que si está enamorada de su hogar, si le gusta bailar,...puede aportarte más que todos los filósofos de la historia juntos.
Cuando el discípulo esté preparado aparecerá el maestro y este puede adoptar inumerables formas.
Además es una manera de ser abierto con todo el mundo, de profundizar, de interesarte por los demás, de ampliar tu sonrisa, de sentirte cómodo en más sitios cada vez, más natural en todo momento, y eso relaja, enriquece y embellece.
Un abrazo
2 comentarios:
No tengo ni idea de como lo haces pero al leer este blog relajo mi mente hasta un punto en el que los problemas y tristezas fluyen permitiendome un pequeño descanso para disfrutar del momento.
Felicidades y no dejes de escribir por favor.
Un abrazo
Me siento un poquito identificada con este tema ya que yo soy una de esas personas que trabaja tras un mostrador y que muchas veces ha tenido que tragarse sus lágrimas para recibir a un cliente con su mayor sonrisa. No es fácil pero creo que es bueno. Y es bueno tanto para la persona que entra a comprar que quizá, vete tú a saber, tenía un mal día y tú le has animado con tu sonrisa, como para la persona que está trabajando que quizá para cuando acabe la jornada ha olvidado aquello que le hacía llorar.
Es un compromiso con las personas, regalas sonrisas, educación y tiempo y recibes, la mayoría de las veces, algo positivo a cambio.
Creo que trabajar de cara al público puede aportar muchas cosas positivas a tu vida y que realmente es una vocación. Y como no estamos eternamente agradecidas a esa gente que al entrar o al pasar te mira, te sonrie y te saluda. Cada sonrisa de un cliente es un segundo más de entusiasmo por mi trabajo. Gracias.
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