Otra forma de vivir

Hace poco que empecé a valorar la libertad en su justa medida. A disfrutar de pequeñas cosas que tiempo atrás me habrían parecido casi absurdas y desde entonces, siento que mi vida ha tomado otra dirección, la mía y día tras día hallo sorpresas que me hacen sonreir de la misma manera que los niños que me cruzo por la calle.

Me gustaría que este blog sirviera para compartir la alegría de vivir y contagiar esta extraña enfermedad que me aqueja al mayor número de personas posible. Iré colgando reflexiones sobre las historias más curiosas que me vaya encontrando, maneras diferentes de afrontar problemas comunes, cuentos ambientados en mundos que todavía no se han descubierto, truquitos para que la men sana se encuentre en un cuerpo igual de sano, frases de esas que funcionan a modo de pepito grillo y nos ayudan en determinados momentos, poesías y libros que me gustan, un poco de todo.

Quisiera no poner barreras a mis sueños,
quisiera ser un artista del vivir.

martes, 11 de diciembre de 2007

idea76: Este ciego no mira para atrás.

Mientras volvía en autobús a casa de mis padres me iba quedando dormido, siguiendo con la mirada las gotas de lluvia que corrían en diagonal por el cristal.
Al pasar por Donostia he pensado en que una vez viví allí, he imaginado de una manera fugaz el pasado de la mujer a la que amo y mi mente, como si fuera algo ajeno a mí, me ha aconsejado dirigir mis pensamientos hacia adelante.
No puedo si no escucharla.
El presente merece toda nuestra atención, el futuro cercano puede acoger nuestros sueños y el pasado ha de quedar relegado a las risas y los suspiros.
Pues lo que nos enseña ya forma parte de nosotros, no es necesario regodearse en él.
Lanzo una pregunta al aire, la que todos nos hemos hecho alguna vez, la que me gustaría contestar con un silencio y una mirada soñadora:
"Qué será de mí..."

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa pregunta me hago a menudo, ahora que tengo mas que recordar, que pendiente por vivir.
Que sera de mi?
Ahora es todo irremediablemente distinto.
Lo bueno no está ya y me entristece.Lo malo me hizo sufrir mucho y me entristece mas.
No mirar para atras es necesario, como la mujer de Lot que se volvió estatua de sal por desobedecer y mirar atras.
Cuesta controlar la mente y no hacerlo.
Te comprendo.
Una donostiarra

Adrian dijo...

El otro día escuchando la canción de Sabina en la que dice "este ciego no mira para atrás" quise recordar el nombre de la mujer que se convirtió en sal y no lo conseguí. Gracias.

Por otro lado nadie puede saber si le queda más por recordar que por vivir, pues nadie sabe lo que pasará mañana, cuánto durará nuestro fugaz paso por Midgard.

Hace unos días me embargo la tristeza y la incapacidad para comprender. Me eché a dormir y al despertar algo cambio.

Creo que a veces pensamos demasiado en el pasado, que nos creamos responsabilidades y miedos que no son del todo reales, perdiendo la perspectiva del presente, viviendo a caballo entre dos mundos que no existen.

El ideal es liberarse de la mente, vivir aquí y ahora, sin que los dolores del pasado nos estropeen el futuro.

Anónimo dijo...

Yo siempre confío en eso de que todo pasa por algo y eso me hace tranquilizar mi mente en muchas situaciones de nostalgia.
No es fácil olvidar que aquella decisión pudo quitarte la oportunidad de vivir algo bueno. Pero también pudo quitarte la oportunidad de algo malo.
Creo en el presente y no me arrepiento nunca de mi pasado porque todo lo que hago lo hago porque quiero, nadie me obliga. Aunque el tiempo distorsione las razones sé que en aquel momento era eso lo que quería y no le doy más vueltas. Así es más fácil.

"No perdamos nada de nuestro tiempo; quizá los hubo más bellos, pero este es el nuestro"
Jean Paul Sartre

Adrian dijo...

Al final solo tenemos el presente, el pasado y el futuro son unos viejos amigos que nos apoyan desde la distancia, pero que no pueden sentarse a charlar con nosotros.

El día de hoy es todo lo que tengo, lo que perdí ya se marchó y lo que vendrá nadie lo sabe, si no, escribamos en un papel lo que pensamos que nos ocurrirá de aquí a un año. El que acierte que lo envíe dentro de 365 días.