Otra forma de vivir

Hace poco que empecé a valorar la libertad en su justa medida. A disfrutar de pequeñas cosas que tiempo atrás me habrían parecido casi absurdas y desde entonces, siento que mi vida ha tomado otra dirección, la mía y día tras día hallo sorpresas que me hacen sonreir de la misma manera que los niños que me cruzo por la calle.

Me gustaría que este blog sirviera para compartir la alegría de vivir y contagiar esta extraña enfermedad que me aqueja al mayor número de personas posible. Iré colgando reflexiones sobre las historias más curiosas que me vaya encontrando, maneras diferentes de afrontar problemas comunes, cuentos ambientados en mundos que todavía no se han descubierto, truquitos para que la men sana se encuentre en un cuerpo igual de sano, frases de esas que funcionan a modo de pepito grillo y nos ayudan en determinados momentos, poesías y libros que me gustan, un poco de todo.

Quisiera no poner barreras a mis sueños,
quisiera ser un artista del vivir.

sábado, 15 de diciembre de 2007

idea78: ¿Por quién te cambiarías?

Camino por la calle en bicicleta y al cruzar la carretera un espectacular deportivo me corta el paso. Una pareja se aburre en el parque, un grupo de amigos ríen en la cafetería, un carnicero afila sus cuchillos, una mujer lee en el tren...

¿Por quién te cambiarías?

Puede que una forma de saber cómo somos sea averiguar a quién envidiamos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Es curioso este tema. Yo no me cambiaría por nadie, me gusta mi vida y me gusta sentir que sólo yo soy dueña de ella. No entiendo de envidias sino de admiración.
Yo admiro a las personas que luchan cada día por dar un paso más, que luchan por su familia, por mantener la felicidad, por seguir avanzando y no entienden de imposibles. Esas personas que siempre encuentran algo positivo en los peores momentos y caminan erguidos y sonrientes por la vida.
Yo quisiera seguir siendo siempre así.

Adrian dijo...

En ti encuentro mis palabras en otra boca. La gente se sorprende cuando les digo que no me cambiaría por nadie. Creen que se trata de algún tipo de chulería y no es así, simplemente las cosas importantes para mí son las que tú comentas y para llevarlas a cabo me vale esta mente tanto como cualquier otra.

Todavía creo que no he pasado por verdaderos malos momentos, que irremediablemente llegarán.

Alguna que otra vez puede que se me olvide caminar erquido, pero hoy no me pasará.

Erguidos y sonrientes por la vida.

Anónimo dijo...

Me había sorprendido al leer este comentario, envidia...?será envidia sana...pensaba.
Realmente no envidio a nadie, solo cuando observo a alguien y me digo a mi misma que hay algo que tengo que cambiar cuando paseo cabizbaja...
Admiro a la gente que cuando camina... cabalga!!

He andado muchos caminos,
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
sobervios y melancólicos borrachos de sombra negra,
y pedantones al paño
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra...
Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
Nunca, si llegan a un sitio, preguntan a donde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,
y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino,agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan, y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra

Antonio Machado

axi dijo...

Yo me preguntaría,
¿De quién podría aprender más?

Adrian dijo...

Alejado el orgullo y la soberbia encuentro la vereda que me conduce hacia la libertad, la satisfacción y aquello tan difuso, a veces cercano, que llamamos felicidad.

Los prejuicios pueden hacer que nos perdamos buenos mensajes si reparamos en exceso en el mensajero.

Procuro aprender de cuanto me rodea, manteniendo los ojos y las orejas bien abiertas, escuchando también la propia intuición y el corazón y sin dejar de sorprenderme incluso por mí mismo.

Sin idealizar ni condenar al mensajero, solos tú y el mensaje.

El corazón reconoce la verdad.

J.RUBINES dijo...

La pregunta me recuerda a la película de pesadilla antes de navidad, donde se te ofrece la posibilidad de vivir vidas diferentes.
Supongo que si me obligaran a elegir, elegiría al de la bici, que ha sido capaz de observar a su alrededor y hacerse la pregunta.

Adrian dijo...

Yo me debato entre quien pasea en bicicleta y quien lee en el tren, dos momentos realmente jugosos en los que disfruto como un enano, en soledad.