A veces no sé distinguir, excitarme hasta un punto con una pequeña desavenencia, filtrarla desde el principio, darme cuenta de que no se trata de un asunto vital.
Pero cuando no hay grandes problemas alrededor es difícil relativizar los pequeños, son todo lo que tenemos y nuestra sorpresa, tristeza, tienden a sus límites sin saber que se trata de pequeñeces, que deberían reservarse a los grandes males.
Incluso me atrevería a decir que no es mala idea la de ignorar algunos pequeños problemas, no enzarzarse en peleas absurdas, perder ciertas batallas por no luchar en ellas, si vemos que en realidad tampoco nos sacudirán la vida.
Esto vale solo para aquellos pequeños problemas que hayan perdido sus dientes de leche, que hayan finalizado su etapa de crecimiento, que no puedan convertirse en grandes problemas.
Pero cuando no hay grandes problemas alrededor es difícil relativizar los pequeños, son todo lo que tenemos y nuestra sorpresa, tristeza, tienden a sus límites sin saber que se trata de pequeñeces, que deberían reservarse a los grandes males.
Incluso me atrevería a decir que no es mala idea la de ignorar algunos pequeños problemas, no enzarzarse en peleas absurdas, perder ciertas batallas por no luchar en ellas, si vemos que en realidad tampoco nos sacudirán la vida.
Esto vale solo para aquellos pequeños problemas que hayan perdido sus dientes de leche, que hayan finalizado su etapa de crecimiento, que no puedan convertirse en grandes problemas.
4 comentarios:
Yo creo que cualquier pequeño problema merece su atención ya que muchos pequeños problemas pueden crear un gran conflicto.
Yo no paso por alto ninguno y tampoco dejo margen a que me creen dudas ni preocupaciones. Simplemente intento superarlos día y día y así dejarlos en un capítulo que ya ha pasado.
Los pequeños problemas también me sirven para avanzar y aprender a superar los futuros grandes problemas.
¿No sería grande ser capaz de determinar a un golpe de vista la magnitud de un problema, que los más insignificantes no nos agitasen el corazón, no nos cambiasen el humor, que una bronca con alguien del que no depende nuestro pan, al que no nos une lazo sentimental alguno, no nos afectara?
Quizás basta con no regar los problemas para que no crezcan. Creo que magnificamos mucho los problemas.
Un marnífico libro de Enrique Barrios decía que no debemos preocuparnos, sino unicamente ocuparnos.
No sabía que era de Enrique Barrios, pensaba que era una idea propia de mi chica y me suelo reír de ella que para únicamente ocuparse, a veces lo hace con cierta antelación.
En cualquier caso estoy con vosotros, quien consiga vivir en el presente (ya sea soñando entre páginas de cómics o tebeos, como a ti te gusta llamarlos), tiene mucho ganado para conseguir disfrutar de su efímera existencia.
¡Ocupémonos pues de la vida!
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