Cuántas veces habré oído:
"Cuando tenga una casa montaré una gran biblioteca!"
¿Pero para qué?
¿Cuántos libros has releído en tu vida?
Que conste que me encantan los libros, de hecho no me importaría en absoluto dedicarme a escribir y a leer los libros de otros, pero no entiendo esa necesidad de mimarlos, de conservarlos hasta el fin de nuestros días cuando es muy posible que no los volvamos a utilizar.
Por ello he comenzado a regalar los que ya me he leído, o a dejarlos en un banco con un post-it que reza:
"si no me vas a leer no me cojas"
También a no comprar más libros, a utilizar los que están en las bibliotecas, centros cívicos, en posesión de amigos.
Aunque he de confesar que suelo comprar libros en el mercado de la Plaza Mayor los Domingos, la mayoria son robados y se encuentran cosas diferentes a lo que se oferta en las grandes superficies.
Pero aún así, los leo y los subrayo, aquel pasaje, palabra, frase, que me ha resultado especialmente interesante, para que cuando algún día lo ojee pueda volver a ella. La verdad es que compré uno que estaba subrayado y con el siguiente hice lo propio y no me arrepiento.
No acunéis los libros, leedlos y compartirlos, sin amontonarlos en una estantería, no les hacéis ningún favor.
"Cuando tenga una casa montaré una gran biblioteca!"
¿Pero para qué?
¿Cuántos libros has releído en tu vida?
Que conste que me encantan los libros, de hecho no me importaría en absoluto dedicarme a escribir y a leer los libros de otros, pero no entiendo esa necesidad de mimarlos, de conservarlos hasta el fin de nuestros días cuando es muy posible que no los volvamos a utilizar.
Por ello he comenzado a regalar los que ya me he leído, o a dejarlos en un banco con un post-it que reza:
"si no me vas a leer no me cojas"
También a no comprar más libros, a utilizar los que están en las bibliotecas, centros cívicos, en posesión de amigos.
Aunque he de confesar que suelo comprar libros en el mercado de la Plaza Mayor los Domingos, la mayoria son robados y se encuentran cosas diferentes a lo que se oferta en las grandes superficies.
Pero aún así, los leo y los subrayo, aquel pasaje, palabra, frase, que me ha resultado especialmente interesante, para que cuando algún día lo ojee pueda volver a ella. La verdad es que compré uno que estaba subrayado y con el siguiente hice lo propio y no me arrepiento.
No acunéis los libros, leedlos y compartirlos, sin amontonarlos en una estantería, no les hacéis ningún favor.
2 comentarios:
Parece que el saber al final si que ocupa lugar, no? je, je.
Yo conozco a gente que piensa que subrayar libros es sacrilegio.
Al final, dirigirte a tus libros, abrirlos por la mitad, pegar la nariz y aspirar fuerte. ahhhhh!!!
Incluso los pensamientos tienen olor...
Buenos días por la mañana y bienvenido Kayult! te veo más amarillo que de costumbre ¿has estado fuera?¿Has olido demasiados libros?
El aroma de los libros, la rugosidad de sus páginas, el color ceniciento del que se impregnan con el paso de los años...reconozco que hay libros que no subrayaría, como un ejemplar de los pilares de la tierra que compré después de haber leído el que tomé prestado en la biblioteca.
Son pequeñas manías que acumulamos al leer, pero quisiera cambiar las cosas y que el verdadero sacrilegio fuera no leerlos, que cada buen libo fuera un libro sagrado.
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