Tuve un sueño horrible.
La ciudad en la que vivía estaba inundada y las ballenas nos deleitaban con sus chapoteos. Orcas y ballenas azules aplaudidas desde balcones futuristas. Pocos hablaban mi idiomaa y convivía con mi abuela en un piso como el que tuvimos, pero más grande, tanto que yo tenía mi propio cuarto para estar con mi novia, con la que por lo visto, había discutido.
Mi abuela me advertía de que me había sido infiel y al ir a la habitación donde solíamos hacer el amor, me encontraba con preservativos extragrandes y toda clase de evidencias de sexo en mi ausencia.
Me dolía muchísimo que me mintiera a la cara al preguntarle y le daba una bofetada, de esas que duele más por el hecho en sí que por la mano.
Más me dolía que me la devolviera, su gesto, convencida de que yo no le pertenecía, totalmente carente de amor hacia a mí.
Me quedé una hora en la cama diciéndome a mí mismo que los sueños sueños son.
Pero sobretodo pensaba en aquellas bofetadas. En la mía que no creo que se la diera de reproducirse esa situación en la realidad, en el dolor que me provocó su manotazo y su mirada.
La ciudad en la que vivía estaba inundada y las ballenas nos deleitaban con sus chapoteos. Orcas y ballenas azules aplaudidas desde balcones futuristas. Pocos hablaban mi idiomaa y convivía con mi abuela en un piso como el que tuvimos, pero más grande, tanto que yo tenía mi propio cuarto para estar con mi novia, con la que por lo visto, había discutido.
Mi abuela me advertía de que me había sido infiel y al ir a la habitación donde solíamos hacer el amor, me encontraba con preservativos extragrandes y toda clase de evidencias de sexo en mi ausencia.
Me dolía muchísimo que me mintiera a la cara al preguntarle y le daba una bofetada, de esas que duele más por el hecho en sí que por la mano.
Más me dolía que me la devolviera, su gesto, convencida de que yo no le pertenecía, totalmente carente de amor hacia a mí.
Me quedé una hora en la cama diciéndome a mí mismo que los sueños sueños son.
Pero sobretodo pensaba en aquellas bofetadas. En la mía que no creo que se la diera de reproducirse esa situación en la realidad, en el dolor que me provocó su manotazo y su mirada.
2 comentarios:
Una de las cosas que más me duele es una mirada de indiferencia por parte de la persona que amas, es algo que se queda clavado por mucho tiempo en el alma y que en ocasiones se reproduce una y otra vez sin poder hacer nada para evitarlo. Bueno, realmente siempre se puede hacer algo para evitarlo pero suele suponer una caida hacia el dolor del olvido. Y no siempre estamos preparados para olvidar...
Esa mirada, aun formando parte de un sueño, duele de la misma manera. Y siempre cuando soñamos algo negativo solemos pensar en que algún motivo habrá para haber soñado eso... Pues generalmente según los libros de los sueñoas cuanto más negativo sea el sueño más positivas son sus predicciones. Claro que yo suelo pensar que quizá esto sea tan sólo una forma de tranquilizar las mentes de miles de personas cada mañana...
Mi abuela dice que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio, nada peor que la indiferencia de la persona que amas, ver en sus ojos que no comparte tus sueños, obligándote a tragártelos y empujarlos dentro de ti, muy, muy profundo.
No creo en los sueños como predicciones, si como orden en nuestros pensamientos, como espejo de nuestros deseos, como moralejas de las últims 24 horas, pero el futuro está por escribir, eso es al menos lo que me gusta pensar.
Que la siguiente página está en blanco y que depende de mí escribirla.
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