Escribo esto en el momento en el que han pasado exactamente 64 minutos desde la hora límite que me estipulé hace tres días para acostarme entre semana. En realidad me parece un buen consejo para mí mismo en esta y otras causas.
Lo primero que me viene a la cabeza son las salidas nocturnas, cuando te niegas a aceptar que la noche ha terminado y no dará más de sí, pidiéndote otra copa que te atonta, que ya no te da ninguna clase de puntito y dedicándote a cerrar los bares uno tras otro, hasta que llegas a casa empobrecido, rebosante de alcohol que te sobrará mucho más al día siguiente, queriendo recuperar unas horas de sueño que ya se han ido.
Y lo mismo puede aplicarse al ligue, al tonteo. Pero sobre eso se puede escribir largo y tendido.
Merece su propia sección.
Ahora toca retirarse a la cama
Lo primero que me viene a la cabeza son las salidas nocturnas, cuando te niegas a aceptar que la noche ha terminado y no dará más de sí, pidiéndote otra copa que te atonta, que ya no te da ninguna clase de puntito y dedicándote a cerrar los bares uno tras otro, hasta que llegas a casa empobrecido, rebosante de alcohol que te sobrará mucho más al día siguiente, queriendo recuperar unas horas de sueño que ya se han ido.
Y lo mismo puede aplicarse al ligue, al tonteo. Pero sobre eso se puede escribir largo y tendido.
Merece su propia sección.
Ahora toca retirarse a la cama
No hay comentarios:
Publicar un comentario