Otra forma de vivir

Hace poco que empecé a valorar la libertad en su justa medida. A disfrutar de pequeñas cosas que tiempo atrás me habrían parecido casi absurdas y desde entonces, siento que mi vida ha tomado otra dirección, la mía y día tras día hallo sorpresas que me hacen sonreir de la misma manera que los niños que me cruzo por la calle.

Me gustaría que este blog sirviera para compartir la alegría de vivir y contagiar esta extraña enfermedad que me aqueja al mayor número de personas posible. Iré colgando reflexiones sobre las historias más curiosas que me vaya encontrando, maneras diferentes de afrontar problemas comunes, cuentos ambientados en mundos que todavía no se han descubierto, truquitos para que la men sana se encuentre en un cuerpo igual de sano, frases de esas que funcionan a modo de pepito grillo y nos ayudan en determinados momentos, poesías y libros que me gustan, un poco de todo.

Quisiera no poner barreras a mis sueños,
quisiera ser un artista del vivir.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Exceso de depresiones e insomnios

Hace unos años para un determinado sentimiento se utilizaba el termino tristeza, y la frase "estoy triste" ó "estoy un poco triste". La sensación remitía al poco o no, pero no era causa de mayor preocupación que la sensación en si misma, era algo tan natural como estar contento.

Hoy en día creo que en este aspecto se ha implantado un peligroso matiz. A los diferentes estados de ánimo, como a casi todo, se les ha puesto una etiqueta patológica. Por ejemplo uno ya no está triste, ahora tiene depresión, así de sencillo. Y no digo con eso que las depresiones no existan, desgraciadamente hay quien las sufre, lo que denuncio es la utilización del término depresión gratuitamente, convirtiendo a una persona que esté triste por un determinado hecho, en una persona enferma que ya tiene dos problemas: está triste y además está enferma.

Lo mismo pasa con aquel a quien le cuesta dormir, que enseguida sufre insomnio. Esa palabra me parece suficiente para no dejarte dormir en los siguientes días.

El convertir las sensaciones en enfermedades tiene dos consecuencias directas. La primera es que se vive el estado de ánimo como algo ajeno a nosotros, a nuestra responsabilidad, como una gripe y la segunda, derivada de la primera, es que la solución a dicho problema también ha de provenir de un agente externo, normalmente unas pastillas.

De manera que tras sentirse unos días algo triste o que te cueste dormir, te conciencias de que eres un enfermo, te olvidas de las causas y comienzas a buscar entre los productos de la parafarmacia o de las misma farmacia, donde se vende de todo y para todo y no estrictamente medicamentos, si no aquello que de dinerito.

Me atrevo a decir que muchos de esos productos que levantan el ánimo, no son más que placebos, pero en fin, también los están tomando quienes no están realmente enfermos así que podrían funcionar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Recupero este post ya que creo que es un problema bastante grave que podemos ver casi a diario a nuestro alrededor.
Yo conozco a una persona que desde hace aproximadamente 10 años, después de una mala racha, toma pastillas para dormir. Estoy segura de que no las necesita pero el nerviosismo que le causa no tomarla un día le impide conciliar el sueño por lo que no intenta dejarlas.
Conozco a otra persona que una vez tuvo bronquitis y le dieron ventolin. Desde hace más de 2 años se lo toma cada día por si acaso le va a dar un ataque de asma.
Conozco otra persona que lleva un año y medio de baja por estres y depresión porque tuvo un jefe un poco exigente durante un solo mes!!!!!!!!!
Creo que vivimos en una sociedad hipocondriaca y que nadie hace nada por solucionarlo, y ¿sabes porque? Porque mientras se sigan comprando pastillas se sigue enbolsando dinero el estado.
Vergonzoso.
Cyra.

Adrian dijo...

no paramos de buscar la enfermedad. si no estoy feliz, si no sonrío a todas horas...será que estoy deprimido...será que...la vida no es perfecta, nadie sonríe las 24 horas del día. Quizá al asumirlo respiremos más tranquilos