Otra forma de vivir

Hace poco que empecé a valorar la libertad en su justa medida. A disfrutar de pequeñas cosas que tiempo atrás me habrían parecido casi absurdas y desde entonces, siento que mi vida ha tomado otra dirección, la mía y día tras día hallo sorpresas que me hacen sonreir de la misma manera que los niños que me cruzo por la calle.

Me gustaría que este blog sirviera para compartir la alegría de vivir y contagiar esta extraña enfermedad que me aqueja al mayor número de personas posible. Iré colgando reflexiones sobre las historias más curiosas que me vaya encontrando, maneras diferentes de afrontar problemas comunes, cuentos ambientados en mundos que todavía no se han descubierto, truquitos para que la men sana se encuentre en un cuerpo igual de sano, frases de esas que funcionan a modo de pepito grillo y nos ayudan en determinados momentos, poesías y libros que me gustan, un poco de todo.

Quisiera no poner barreras a mis sueños,
quisiera ser un artista del vivir.

lunes, 17 de septiembre de 2007

idea42: el ritmo natural (II) ó el placer de no saber

Según el momento y a quién se haga la pregunta, la respuesta a qué es para ti lo peor de la vida puede ser muy diferente (obviemos todas las grandes desgracias ¿vale?)

El aburrimiento te dirá el que está harto de compartir sofá y televisión con su pareja.

O como decía Parker Lewis: "una chica puede decirte que sí y hacerte el hombre más feliz del mundo ó decirte no y convertirte en el más desgraciado. Pero puede ser peor, puede decirte: NO SÉ."

Quizá esas palabras pasaron desapercibidas para muchos, pero a mí me parecen geniales y de lo más afortunadas. El no saber qué pasará puede hacer que te comas la uñas, seguidas de los muñones.

El aburrido del mando a distancia te dirá que lo que daría él por desconocer su futuro cercano y el que mire su móvil con la misma expectación que los beatos a las imágenes de la virgen que sólo quiere saber, si ó no, pero ya por favor.

Yo digo que una vez que se sabe ya no hay vuelta atrás, los sueños se dan de bruces con la realidad y ésta no siempre se caracteriza por la magia que desborda.

Puede que los momentos más intensos y placenteros sean esos en los que echados con las manos detrás de la cabeza soñamos con lo que "podría ser".

Disfruta del placer de no saber.


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