El otro día comentaba lo eficaz de disponer de un par de libretas para apuntar aquellas ideas que no quería que se escaparan (idea5). Bien, lo he probado y funciona tan bien que he decidido colocar una tercera libreta, o una hoja en mi mesilla de noche.
Es curioso, pero basta que decidiera dejar el trabajo fuera del dormitorio, para que sea allí donde me llegue más claramente la inspiración. Al disponer de una hoja y un boli junto a la cama, no tengo más que apuntar la idea y así dejo de pensar en ella, sin miedo a que se me olvide.
Es como si descargara la información desde mi cabeza al papel, para no sobrecargar mi disco duro.
Albert Einstein dijo una vez que se negaba a aprender de memoria nada que pudiera apuntar, de manera que siempre llevaba consigo una pequeña libreta donde escribía desde números de teléfono hasta cualquier cosa que no exigiera comprensión, tan solo memoria.
Es curioso, pero basta que decidiera dejar el trabajo fuera del dormitorio, para que sea allí donde me llegue más claramente la inspiración. Al disponer de una hoja y un boli junto a la cama, no tengo más que apuntar la idea y así dejo de pensar en ella, sin miedo a que se me olvide.
Es como si descargara la información desde mi cabeza al papel, para no sobrecargar mi disco duro.
Albert Einstein dijo una vez que se negaba a aprender de memoria nada que pudiera apuntar, de manera que siempre llevaba consigo una pequeña libreta donde escribía desde números de teléfono hasta cualquier cosa que no exigiera comprensión, tan solo memoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario