No me refiero a poner la otra mejilla como diría Ned Flanders. Se trata de buscar una alternativa al hecho de enfadarse ante un estímulo negativo. Un ejercicio de inteligencia que me permita encontrar una solución antes de que me empiece a hervir la sangre.
Si se trata de una discusión, he podido comprobar que aunque no me guste lo que esté escuchando, dejar que la otra persona exponga lo que tenga que decir sin interrumpirle, sin mostrarse enfadado, ayuda a entender sus sentimientos y una vez comprendida la situación, resulta más complicado enfadarse y más sencillo actuar en consecuencia.
Si se trata de una discusión, he podido comprobar que aunque no me guste lo que esté escuchando, dejar que la otra persona exponga lo que tenga que decir sin interrumpirle, sin mostrarse enfadado, ayuda a entender sus sentimientos y una vez comprendida la situación, resulta más complicado enfadarse y más sencillo actuar en consecuencia.
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