Otra forma de vivir

Hace poco que empecé a valorar la libertad en su justa medida. A disfrutar de pequeñas cosas que tiempo atrás me habrían parecido casi absurdas y desde entonces, siento que mi vida ha tomado otra dirección, la mía y día tras día hallo sorpresas que me hacen sonreir de la misma manera que los niños que me cruzo por la calle.

Me gustaría que este blog sirviera para compartir la alegría de vivir y contagiar esta extraña enfermedad que me aqueja al mayor número de personas posible. Iré colgando reflexiones sobre las historias más curiosas que me vaya encontrando, maneras diferentes de afrontar problemas comunes, cuentos ambientados en mundos que todavía no se han descubierto, truquitos para que la men sana se encuentre en un cuerpo igual de sano, frases de esas que funcionan a modo de pepito grillo y nos ayudan en determinados momentos, poesías y libros que me gustan, un poco de todo.

Quisiera no poner barreras a mis sueños,
quisiera ser un artista del vivir.

jueves, 27 de septiembre de 2007

idea50:disfrutar de la soledad

Uno se acostumbra a todo. Los primeros días en una ciudad a callejear en soledad, a pasarse horas sin abrir la boca, a entretenerse con uno mismo. Después, si todo va bien, suele llegar el cambio, el salir a diario, la compañía constante.

Somos capaces de adaptarnos a dichos cambios en un puñado de horas, a lo sumo de jornadas y el peligro radica en "entrar en la dinámica". Porque llegas a casa al anochecer, tras muchos días de febril vida social y casi es como si no tuvieras un plan para ti que no incluyera a alguien más.

Aprovechar esos momentos de soledad, aprender a disfrutar de uno mismo, a no depender de los demás en todo momento, puede convertir la espera a que suene el teléfono en un instante de incalculable gozo.

Ayer llegué tarde para todo, para el plan de ir a correr a las 8, para el de salir a las 10. Elegí unas canciones, unos ejercicios y empecé a entrenar, suave al principio, más fuerte después. Al poco ya no me acordaba de nadie ni de las 14 horas que había estado en el laboratorio.

Cené y apenas pude leer el libro que tanto me está enganchando porque caí en un sueño reparador.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo hace tiempo que tengo mi momento de soldedad cada día. Un tiempo en el que hablo conmigo misma y reflexiono sin que nada más que yo pueda influir en mi. Creo que es una gran cura para el alma el hacerlo.
Es curioso las veces que he temido la soledad y lo que ahora la anhelo en muchos momentos...
Aprender a disfrutar de la soledad me ha ayudado a reencontrarme conmigo misma, cuidarme, mimarme y dedicarme el tiempo que merezco. Es la mejor opción bajo mi punto de vista.

Adrian dijo...

Reecontrarse con uno mismo es la clave. Porque a veces la rutina nos lleva como bolas de petaco de un lado para otro, sin necesidad de ser nosotros, de tomar verdaderas decisiones. Trabajes, estudies o hagas lo que hagas, esta sociedad te permite o más bien te invita a ser un borrego. Por eso a veces apearse del ritmo enloquecedor supoone abrir los ojos y poner las cosas en su sitio.

Desde hace tiempo paso mucho tiempo solo. Recuerdo como al principio, en mis años de carrera, descubrí el callejear por lugares desconocidos y me encantó.

Las circunstancias me han conducido a un verdadero cambio de aires, de ciudad, de gente y los ratitos de soledad son la pieza que hacen que el resto encaje.

Cada día cometo miles de equivocaciones y es cuando estoy solo cuando puedo perdonármelas, darme otra oportunidad porque "cada día la aventura vuelve a empezar..."

Anónimo dijo...

Estoy en pleno momento de soledad pero hoy no es tan sencillo o gratificante como otros momentos. Desconozco el motivo de mi tristeza y quizá sea eso lo que me hace sentir peor.
He decidido plasmarlo aquí ya que siento que una parte de mi alma está plasmada en esta página a través de tus palabras.
Parece que mi entereza hubiera descendido hasta el sótano sin motivo aparente y me hace pensar en que algo falla. Quizá sea sólo un mal día o un cúmulo de tensiones pero me preocupa pensar que puedan ser los síntomas de que algo no va bien a pesar de la apariencia.
Yo nunca me engaño, siempre tengo presente mi realidad y mis deseos, nunca levanto los pies de la tierra e intento ser lo justamente objetiva en lo que a mi vida se refiere. Pero hoy no puedo serlo.
Romperé este momento de soledad y lo recuperaré en otro momento en el que mi tristeza no me haga ver las cosas de forma distorsionada.
Creo que hoy será mejor soñar.

Adrian dijo...

Solo puedo decirte (y siento la tardanza en mi respuesta), que al escribir (muy bien por cierto) te respondes a ti misma al decirte que estudiarás el tema cuando la tristeza no distorsiones tu realidad. No se me ocurre algo más adecuado. Todos caemos en el error de aprovechar esos malos momentos para hacer balance de nuestras vidas tras el velo de la tristeza y así es muy complicado extraer conclusiones positivas.

Seguro que hoy lo ves todo con otros ojos.

No sé exactamente cuál es el problema que te ronda la cabeza, la duda que te corroe en algunos momentos, pero aunque sea un tópico te diré que todo tiene solución, que identificar los problemas suele ser más complicado que resolverlos.

Hoy soy yo el que te regala sus fuerzas, pues también siento que me sobran

Anónimo dijo...

Es curioso, cada vez que mi momento de soledad se complica y se vuelve amargo acudo a tu rincón y me empapo de tus historias y cuando acabo de leer me siento mucho mejor. Hay respuesta para casi todo aquí y si no la hay encuentras esas palabras de aliento que necesitas en cada momento.
No me cansaré nunca de darte las gracias por hacerme sonreir tantas veces.
Un besazo.
Cyra.