Con 17-18 años (la edad de mis nuevos vecinos...qué viejo soy), traté de empezar a salir sin beber alcohol, un tanto enfadado por la manera en la que el hábito de beber había hecho presa de mí.
Recuerdo como me tiraron la coca cola unos amigos, el aburrrimiento, la vergüenza ajena y como más tarde acabé por pedirme una copa. Fue una derrota silenciosa, pero de las que no se olvidan.
De eso han pasado 7 años y por el camino toda clase de fiestas. De pronto, hace un tiempo, salí y no bebí alcohol. El ambiente me caldeó y no lo eché en falta. Al siguiente sábado ocurrió lo mismo y así sucesivamente.
Fui más yo, conocí a gente que tampoco estaba borracha, controlé el entorno y a la mañana siguiente, a pesar de no haber dormido mucho, sin resaca ni mal aliento, pude sacar adelante un día de trabajo como si la noche anterior me hubiera acostado a la hora de siempre (que ya suele ser bastante tarde).
Por si fuera poco, la gente de mi alrededor que bebe alcohol casi a diario está sufriendo unas metamofosis físicas nada envidiables.
Los de vez en cuando no tienen demasiada importancia, creo yo, pero es vital elegir los hábitos.
¡Viva la cerveza sin alcohol!
Recuerdo como me tiraron la coca cola unos amigos, el aburrrimiento, la vergüenza ajena y como más tarde acabé por pedirme una copa. Fue una derrota silenciosa, pero de las que no se olvidan.
De eso han pasado 7 años y por el camino toda clase de fiestas. De pronto, hace un tiempo, salí y no bebí alcohol. El ambiente me caldeó y no lo eché en falta. Al siguiente sábado ocurrió lo mismo y así sucesivamente.
Fui más yo, conocí a gente que tampoco estaba borracha, controlé el entorno y a la mañana siguiente, a pesar de no haber dormido mucho, sin resaca ni mal aliento, pude sacar adelante un día de trabajo como si la noche anterior me hubiera acostado a la hora de siempre (que ya suele ser bastante tarde).
Por si fuera poco, la gente de mi alrededor que bebe alcohol casi a diario está sufriendo unas metamofosis físicas nada envidiables.
Los de vez en cuando no tienen demasiada importancia, creo yo, pero es vital elegir los hábitos.
¡Viva la cerveza sin alcohol!
No hay comentarios:
Publicar un comentario