Otra forma de vivir

Hace poco que empecé a valorar la libertad en su justa medida. A disfrutar de pequeñas cosas que tiempo atrás me habrían parecido casi absurdas y desde entonces, siento que mi vida ha tomado otra dirección, la mía y día tras día hallo sorpresas que me hacen sonreir de la misma manera que los niños que me cruzo por la calle.

Me gustaría que este blog sirviera para compartir la alegría de vivir y contagiar esta extraña enfermedad que me aqueja al mayor número de personas posible. Iré colgando reflexiones sobre las historias más curiosas que me vaya encontrando, maneras diferentes de afrontar problemas comunes, cuentos ambientados en mundos que todavía no se han descubierto, truquitos para que la men sana se encuentre en un cuerpo igual de sano, frases de esas que funcionan a modo de pepito grillo y nos ayudan en determinados momentos, poesías y libros que me gustan, un poco de todo.

Quisiera no poner barreras a mis sueños,
quisiera ser un artista del vivir.

lunes, 10 de septiembre de 2007

idea24: aprender a decir no

No sé a los demás, pero a mí me pasa a menudo que cuando me proponen algo que no me apetece demasiado o simplemente no me viene bien porque tengo otros quehaceres, me cuesta decir que no y me evado con excusas que en realidad son la verdad, como el trabajo...pero que suenan a excusa por el tono de culpabilidad que empleo.

Para superar esas situaciones tan recurrentes como desagradables lo primero para mí es clasificarlas. Si la proposición proviene de alguien con quien tengas la confianza suficiente creo has de decirle sin rodeos si te apetece o no, no vaya a ser (que suele pasar), que la otra persona lo hiciera un poco por ti, que a ti no te apetezca pero que no se lo digas y al final lo hacéis.

La excepción serían aquellos planes que sabes que a la otra persona le llenan de ilusión y tu disfrutes simplemente viéndola feliz.

Por otro lado se encuentran los conocidos con los que no tienes esa confianza. Te iba a decir que tuvieras una excusa bajo la manga para poder utilizar cuando te fuera necesaria y aunque puede que en algunos casos sea útil, volvería a hacer un esfuerzo por decir directamente que no cuando no tengas muchas ganas de ese plan.

Es sorprendente lo poco traumático que resulta para la otra persona escuchar una negativa que a veces nos resistimos tanto a dar.

No hay comentarios: