No sé a los demás, pero a mí me pasa a menudo que cuando me proponen algo que no me apetece demasiado o simplemente no me viene bien porque tengo otros quehaceres, me cuesta decir que no y me evado con excusas que en realidad son la verdad, como el trabajo...pero que suenan a excusa por el tono de culpabilidad que empleo.
Para superar esas situaciones tan recurrentes como desagradables lo primero para mí es clasificarlas. Si la proposición proviene de alguien con quien tengas la confianza suficiente creo has de decirle sin rodeos si te apetece o no, no vaya a ser (que suele pasar), que la otra persona lo hiciera un poco por ti, que a ti no te apetezca pero que no se lo digas y al final lo hacéis.
La excepción serían aquellos planes que sabes que a la otra persona le llenan de ilusión y tu disfrutes simplemente viéndola feliz.
Por otro lado se encuentran los conocidos con los que no tienes esa confianza. Te iba a decir que tuvieras una excusa bajo la manga para poder utilizar cuando te fuera necesaria y aunque puede que en algunos casos sea útil, volvería a hacer un esfuerzo por decir directamente que no cuando no tengas muchas ganas de ese plan.
Es sorprendente lo poco traumático que resulta para la otra persona escuchar una negativa que a veces nos resistimos tanto a dar.
Para superar esas situaciones tan recurrentes como desagradables lo primero para mí es clasificarlas. Si la proposición proviene de alguien con quien tengas la confianza suficiente creo has de decirle sin rodeos si te apetece o no, no vaya a ser (que suele pasar), que la otra persona lo hiciera un poco por ti, que a ti no te apetezca pero que no se lo digas y al final lo hacéis.
La excepción serían aquellos planes que sabes que a la otra persona le llenan de ilusión y tu disfrutes simplemente viéndola feliz.
Por otro lado se encuentran los conocidos con los que no tienes esa confianza. Te iba a decir que tuvieras una excusa bajo la manga para poder utilizar cuando te fuera necesaria y aunque puede que en algunos casos sea útil, volvería a hacer un esfuerzo por decir directamente que no cuando no tengas muchas ganas de ese plan.
Es sorprendente lo poco traumático que resulta para la otra persona escuchar una negativa que a veces nos resistimos tanto a dar.
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