Otra forma de vivir

Hace poco que empecé a valorar la libertad en su justa medida. A disfrutar de pequeñas cosas que tiempo atrás me habrían parecido casi absurdas y desde entonces, siento que mi vida ha tomado otra dirección, la mía y día tras día hallo sorpresas que me hacen sonreir de la misma manera que los niños que me cruzo por la calle.

Me gustaría que este blog sirviera para compartir la alegría de vivir y contagiar esta extraña enfermedad que me aqueja al mayor número de personas posible. Iré colgando reflexiones sobre las historias más curiosas que me vaya encontrando, maneras diferentes de afrontar problemas comunes, cuentos ambientados en mundos que todavía no se han descubierto, truquitos para que la men sana se encuentre en un cuerpo igual de sano, frases de esas que funcionan a modo de pepito grillo y nos ayudan en determinados momentos, poesías y libros que me gustan, un poco de todo.

Quisiera no poner barreras a mis sueños,
quisiera ser un artista del vivir.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

idea14: STOP a las ideas parasitarias

Hay ideas que se te pegan a la mente como una lapa, ideas que te hacen daño, que se retuercen, se repiten. Son las ideas parasitarias. Aquellas en las que por mucho que pienses, por muchas vueltas que le des al asunto en cuestión no obtendrás una respuesta satisfactoria, solo más dolor.

Una vez reconocidas como lo que son, mi padre me enseñó un truco para eliminarlas, que tampoco debe de ser del todo suyo, lo que creo lo hace todavía mejor, porque los consejos que resisten el boca a boca suelen tener cierta calidad.

Consiste en lo siguiente: cuando la imagen mental o el recuerdo que te produce el malestar vuelvan a tu mente, visualiza una señal de STOP, sí, una señal de tráfico de las de toda la vida y repite con determinación STOP, STOP, STOP...hasta que la imagen desaparezca.

A mi me funcionó y me sigue funcionando. Hoy en día estoy tan acostumbrado a este ejercicio mental, que cuando una idea negativa acude a mi cabeza, la señal de STOP aparece como activada por un resorte y detiene mis pensamientos en esa línea, impidiéndome que los alimente y de esta manera se debilitan y mueren.

En "El monje que vendió su Ferrari", entre muchas frases destaca una especialmente valiosa que dice:

"O tu controlas a tu mente o tu mente te controla a ti".


No hay comentarios: