Hay ideas que se te pegan a la mente como una lapa, ideas que te hacen daño, que se retuercen, se repiten. Son las ideas parasitarias. Aquellas en las que por mucho que pienses, por muchas vueltas que le des al asunto en cuestión no obtendrás una respuesta satisfactoria, solo más dolor.
Una vez reconocidas como lo que son, mi padre me enseñó un truco para eliminarlas, que tampoco debe de ser del todo suyo, lo que creo lo hace todavía mejor, porque los consejos que resisten el boca a boca suelen tener cierta calidad.
Consiste en lo siguiente: cuando la imagen mental o el recuerdo que te produce el malestar vuelvan a tu mente, visualiza una señal de STOP, sí, una señal de tráfico de las de toda la vida y repite con determinación STOP, STOP, STOP...hasta que la imagen desaparezca.
A mi me funcionó y me sigue funcionando. Hoy en día estoy tan acostumbrado a este ejercicio mental, que cuando una idea negativa acude a mi cabeza, la señal de STOP aparece como activada por un resorte y detiene mis pensamientos en esa línea, impidiéndome que los alimente y de esta manera se debilitan y mueren.
En "El monje que vendió su Ferrari", entre muchas frases destaca una especialmente valiosa que dice:
"O tu controlas a tu mente o tu mente te controla a ti".
Una vez reconocidas como lo que son, mi padre me enseñó un truco para eliminarlas, que tampoco debe de ser del todo suyo, lo que creo lo hace todavía mejor, porque los consejos que resisten el boca a boca suelen tener cierta calidad.
Consiste en lo siguiente: cuando la imagen mental o el recuerdo que te produce el malestar vuelvan a tu mente, visualiza una señal de STOP, sí, una señal de tráfico de las de toda la vida y repite con determinación STOP, STOP, STOP...hasta que la imagen desaparezca.
A mi me funcionó y me sigue funcionando. Hoy en día estoy tan acostumbrado a este ejercicio mental, que cuando una idea negativa acude a mi cabeza, la señal de STOP aparece como activada por un resorte y detiene mis pensamientos en esa línea, impidiéndome que los alimente y de esta manera se debilitan y mueren.
En "El monje que vendió su Ferrari", entre muchas frases destaca una especialmente valiosa que dice:
"O tu controlas a tu mente o tu mente te controla a ti".
No hay comentarios:
Publicar un comentario