Otra forma de vivir

Hace poco que empecé a valorar la libertad en su justa medida. A disfrutar de pequeñas cosas que tiempo atrás me habrían parecido casi absurdas y desde entonces, siento que mi vida ha tomado otra dirección, la mía y día tras día hallo sorpresas que me hacen sonreir de la misma manera que los niños que me cruzo por la calle.

Me gustaría que este blog sirviera para compartir la alegría de vivir y contagiar esta extraña enfermedad que me aqueja al mayor número de personas posible. Iré colgando reflexiones sobre las historias más curiosas que me vaya encontrando, maneras diferentes de afrontar problemas comunes, cuentos ambientados en mundos que todavía no se han descubierto, truquitos para que la men sana se encuentre en un cuerpo igual de sano, frases de esas que funcionan a modo de pepito grillo y nos ayudan en determinados momentos, poesías y libros que me gustan, un poco de todo.

Quisiera no poner barreras a mis sueños,
quisiera ser un artista del vivir.

martes, 4 de septiembre de 2007

idea9: yo, mi, me, conmigo, mi propio centro

No he encontrado otra forma para sentirme bien conmigo mismo, que no sea centrarme en mí, en lo que realmente quiero y desde ese punto, no desde otro, comenzar a construir el resto de mi mundo. Porque si desplazas tu centro al de otra persona, si comienzas o continúas viviendo una vida que sientes que no te pertenece, si sometes tus deseos a los de los demás, si no eres capaz de decir no, no serás feliz, tus relaciones no serán sanas, ni sinceras. Sentirás que te deben algo, amplificarás cualquier mal detalle si tu centro no está donde debiera.

Porque dar todo, es dar todo lo que puedas dar. Sólo cuando hagas las paces contigo mismo, podrás hacer las paces con los demás.

Ser tu propio centro no es fácil, requiere decidir continuamente, responsabilizarte de ti mismo y a veces es más sencillo saber qué quieren los demás que lo que quiere uno mismo.

Un amigo cuyo centro se desplazó demasiado hacia otra persona que ya no está con a su lado me decía:

¿y ahora qué?

Contestar esa pregunta puede conducirte a la felicidad, que recordemos, no es estar siempre contento


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